IX. Más allá de los buses y las aceras
A estas alturas, me da gusto que siga leyendo este manual. Por eso, y como un agradecimiento, le revelaré otro secreto: Evite salir a encontrar haiku urbano en las calles; pues, cuanto más lo busque, más se alejará de Ud.
Le recuerdo que el mejor método para componer haiku urbano consiste en caminar, dejar pasar, atestiguar y tener lista la pluma. Nada más.
La noche en vela.
En la acera de enfrente
Había otro hombre.

Daniel Vera Cortés
En palabras del propio Basho, "el haiku es simplemente lo que ocurre en este lugar, en este momento". Pero OJO, porque no todo lo que simplemente ocurre en este lugar y en este momento puede alcanzar el rango de buen haiku.
Es decir, que el haiku aparezca dependerá en gran medida de la manera en cómo Ud. lo exprese. El haiku necesita de sus manos para ser grabado, y de todo su cuerpo para ser vivido. Sólo así podrá cultivarlo en su interior y compartirlo con sus lectores.
otro mendigo
al mirarme toser
frotó sus brazos

Zeta
Cuando descubra las diferencias que existen entre dos idiomas como son el japonés y el español, notará que el desarrollo del haiku en nuestro idioma (al igual que en muchos otros), todavía tiene muchas polémicas abiertas: la validez de su métrica, el conteo silábico, el manejo del ego, el kire, el zen, y otras tantas que seguro continuarán dando que hablar porque son parte de su historia misma.
Por tal motivo, procure darle a cada una de ellas sólo el tiempo necesario (sin engancharse) y siga adelante. El haiku en general va más allá de la suma de todas sus partes, y quién mejor que los propios autores clásicos para decirnos qué es lo correcto y qué no. Aunque paradójicamente sean ellos mismos quienes se hayan encargado de poner en tela de juicio todo lo dicho.
Como sea, no deje de leer a los clásicos, quienes después de todo le demostrarán que el haiku es así: libre y personal como cada quien lo quiere ser; a la vez que colectivo y programado como las multitudes que recorren cientos de calles.
No encuentro empleo.
Frente a mí se detiene
una hoja seca.

Carlos Larios de la Torre
Siempre que pueda, ponga distancia entre Ud. y lo que ha escrito. Y si lo que ha leído no le convence, deséchelo sin titubear y siga andando. El próximo intento será mucho mejor, se lo aseguro. Confíe en Ud. mismo y no olvide mirar al cielo de vez en cuando.
Israel López Balan