II. Con ojos de turista
La próxima vez que tenga oportunidad de visitar algún "punto de interés" de su ciudad, ponga especial atención en las miradas de los turistas. También en cómo visten y en cómo ríen. Pronto se dará cuenta de que muy pocas personas caminan tanto y en tan poco tiempo como un turista.
Matsuo Basho fue, al igual que otros grandes escritores de haiku, un gran caminante que transitó de ciudad en ciudad. Claro que Edo (el antiguo Tokio) no era tan grande como lo es hoy. Pero Basho hizo del acto de caminar la manera más práctica de acceder al mundo del haiku; de poner en contacto lo que vivía con lo que sentía y expresaba. De vivir el haiku.
al sentir pasos,
gorriones en la acera
alzan el vuelo

Grego
Es cierto que muchos turistas suelen ocultarse detrás de unas gafas oscuras aún cuando el cielo está encapotado. ¿Sabe por qué lo hacen? Porque actúan bajo el dominio del secreto que le he compartido, pero no lo saben.
Gracias a tal secreto -en apariencia insignificante- son capaces de maravillarse ante tantas y tantas cosas de su ciudad con las que Ud. mismo ya no puede.
casi llorando
el niño alza la mano
un avión

Frida Murueta
Las estaciones del Metro, los cafés de acera y la plaza mayor; son sólo algunos de los sitios que la cotidianidad y la rutina propias de las grandes ciudades llegan a ensombrecer, pues, de tanto que los vemos y de tan cerca que los tenemos, les restamos atención y nos dejan de sorprender.
andaba el ciego
y al doblar la esquina
viento en su cara

Claudio Basurto Jara
Pero eso no debe ser un impedimento para que Ud. pueda seguir el ejemplo que nos dan los turistas en cada esquina. Las ciudades son seres vivos en constante movimiento que siempre nos deparan sorpresas. Incluso, ahora mismo ¿ya volteó para ver quién es el extraño que cruza la calle junto a Ud.?
Frena el ascensor.
La viejita de al lado
se me acerca.

Umberto Calles
Sáquele provecho a que no tuvo que hacer un largo viaje ni tampoco tuvo que pagar un costoso hotel para poder apreciar y recorrer esos lugares que forman parte de la vida cotidiana de su ciudad. Tampoco olvide los detalles. Siempre que pueda, lleve un buen par de zapatos y ropa cómoda que le permitan dar largas caminatas por esas calles que hace tiempo no frecuenta. Le aseguro que no se arrepentirá.
noche de invierno
con letras de neón
"hotel de paso"

Susana Dorantes
Israel López Balan