Ya regresaste.
El ocaso te espera en la ventana.
Un hombre solo
escuchando a Vivaldi. También dos moscas.
Si la ciudad
supiera que ya es mayo. Si lo supiera.
Ay, Jimaní,
montañas enfrente y atrás Haití.
Tras la ventana
la lluvia es un rumor, sólo un rumor.
La madrugada.
La San Martín con Gómez también descansa.
Calle tranquila.
Zurean tempranito cuatro palomas.
Suena en los toldos
la lluvia. La ciudad calla un momento.
Volviendo a casa.
Mi sombra se adelanta junto a los perros.
Un largo día.
Cansado en la penumbra oigo boleros. |