Cristales rotos
abundan por la calle de los garitos.
Anda frenética
la gente, pero ella va más despacio.
De lado a lado,
guirnalda de bombillas. Una fundida.
Noche en la plaza.
Con un trozo de hielo juegan al fútbol.
Empieza el lunes.
Verduras aparcadas junto al mercado.
Un árbol crece.
Transitan autobuses día tras día.
Sueño en los ojos.
Irrumpe en la mañana la pelirroja.
En la basura
se afanan los gitanos. Tarde lluviosa.
Tienen pareja
los gatos esta noche, pero yo no.
Hasta mi calle,
acabada la lluvia, huele mejor.
Se oyen berridos.
Chicos en el recreo jugando al fútbol.
El viento sopla
arruinando peinados. Tarde de abril.
La mariposa
ha venido a posarse sobre un semáforo.
Camino a casa
me golpea en la cara; gota de lluvia.
Día nublado.
La gente por la calle va más despacio.
Día lluvioso.
Círculos en los charcos uno tras otro.
Con las farolas
no se ven las estrellas. Pero la luna...
Llega el verano.
Amapolas anidan en un solar.
Luces pasando.
Tiemblan las ventanillas del autobús.
Dos golondrinas
aterrizando juntas en un tejado.
Nube de efímeras.
Tanto les da mi cara que la farola.
Bolsa de plástico.
El viento no la deja caer del todo.
Tarde de invierno.
Dejo que las castañas se queden frías.
Los albañiles
esperan un ratito junto a la hoguera.
Bajo la lluvia
se divisa a lo lejos otra persona.
Con esta niebla
el fondo de la calle desaparece. |