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Enrique Villanueva Guevara
"No soy tan fructífero como me gustaría. En ocasiones han pasado meses -incluso años- sin que pueda componer un haiku que me guste del todo. Así, el haiku se vuelve para mí un acto de cautela y paciencia. La cautela está en la mirada y la paciencia en la mano."




estadio lleno
la sombra de una nube
cruza la cancha




ese olor
entre tú y yo
fábrica de pan




afuera llueve
todos los pasajeros
guardan silencio




serenidad
otra farola se une
a la vía láctea




algunos vecinos
apagan la luz
noche de luna




viento en las nubes
una bolsa de plástico
alzó el vuelo




todos duermen
ella sigue tejiendo
su telaraña




dos pasajeros
en el vagón de metro
hablan de flores




sigue lloviendo
el teléfono suena
nadie contesta




¡desperté!
lo primero que oí
fue esta lluvia




poco a poco
la noche en la ventana
se vuelve patio




todas mojadas
las macetas vacías
con la llovizna




un viejo puente
en el río la luna
sigue mis pasos




flores marchitas
y la brisa de otoño
sopla en las piedras




riña de pájaros
y de sombras de pájaros
en el asfalto




atardecer
trinos de gorrión
sin respuesta




noche de otoño
la mosca en su rincón
de la ventana




serenidad
las campanas del templo
llenan las calles




otro mendigo
al mirarme toser
frotó sus brazos




un desconocido
en el bus que se aleja
se me parece




abren las puertas
nadie sube ni baja
de los vagones




cesa la lluvia
un perro callejero
se sacude




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