Qué bueno que ya es mayo. Qué bueno que estamos vivos y es primavera. Y las ciguas ilusionadas revolotean y cantan en los palmares.

Ya florecieron los robles de flores rosadas y lilas. El samán, de forma de sombrilla, se adornó con incrustaciones rosadas y blancas.

El piñón tiene ramilletes de flores y el flamboyán ensaya lo que será su fronda refulgente y colorada.

Qué bueno es mayo, mes de espiritualidad como agosto y diciembre. Pero en mayo todo es inocente y esperanzador como la lluvia y la misma primavera que ejerce su dominio en nuestro corazón.

Qué bueno que es mayo y canta el julián chiví y canta el ruiseñor. Y el pájaro bobo llena el atardecer con su grito prolongado y ronco.

Y estamos vivos. Y habrá luna llena. Y nos reconocemos todos iguales.