Gramaticalmente, podrían ser muchas ollas y muchas las mariposas que se han posado en ellas. La escena ganaría en simpática ocurrencia del mundo y perdería en intimidad. Vamos a suponer que se trata de desvelar la relación eventual entre una olla y una mariposa. La clave del haiku está en la forma verbal: "hace dormir". No es simplemente una mariposa dormida en el culo de una olla puesta a secar junto al río: es una olla que se ha propuesto hacer dormir a una mariposa, como el que acuna a un bebé.

El "cortocircuito estético" que supone "mariposa-culo" no puede ser más intencionado. Ya "mariposa-olla" habría sido una apuesta arriesgada por parte del autor: lo natural, lo frágil, asociado poéticamente a lo metálico, lo útil. Pero no, "culo", "culo de olla", "nabe no shiri", igual que se dice en castellano.

La relación se establece entre estos dos elementos –"mariposa/culo de olla"-, que forman el núcleo del haiku, y otros elementos que contribuyen a darle su consistencia última a la escena. Cuatro acciones se le suponen a Issa, y ninguna de las cuatro se consignan expresamente en el haiku, pues el poeta ha sabido desaparecer de él: cocinar, comer, fregar y descansar. Veamos ahora, de nuevo, toda la escena: Un poeta al borde de un río, después de comer, ha fregado la olla y se ha tumbado a descansar... Con el suave aire de la primavera, tras echar una cabezada o tal vez mientras se está durmiendo, observa la olla que ha puesto a secar, calentita de recibir los rayos del sol, y ve cómo una mariposa -que se ha parado a descansar un instante- se ha quedado dormida en el culo de la olla. Río - poeta - primavera - sol - olla - mariposa... El haiku es captar las relaciones entre los seres. Si hemos dicho algo hasta ahora del haiku, ha sido esto.