Haiku nº 8. Procedente del trabajo de campo de Lafcadio Hearn
Vemos nuestra mano a través del cuerpo luminoso de una luciérnaga. El miedo de vernos. Y el miedo de que la vida, el movimiento, la luz de una luciérnaga, sea un fantasma en nuestra mano. Es fantasma todo aquello que carece de materia y tiene, sin embargo, vida. Comprobamos que aquello cuya luz, cuyo movimiento, cuya vida nos hizo querer atraparlo no tiene consistencia. La luz no precisa de materia. La vida no precisa de materia. El movimiento no precisa de materia.
Vicente Haya
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