XXIV. Palabras de doble sentido (I) No con el artero propósito de despistar a su público, sino con la sana intención de entretener ingeniosamente, los poetas de haiku han recurrido con cierta frecuencia a los juegos de palabras con doble sentido. En japonés hay muchos vocablos homónimos por su homofonía (o igualdad fonética) -llamados doo on i gi go: palabras de igual sonido, pero de distinto contenido-, que no son precisamente homógrafos -doo tetsu i gi go: palabras de igual escritura y sonido, pero de distinto contenido-.
Esto se debe a que los kanji o ideogramas chinos ofrecen abundantes posibilidades de combinación para la creación léxica, de donde resultan muchas palabras aparentemente iguales, o iguales sólo al oído. Así por ejemplo, la palabra haiga (pintura que puede acompañar a un haiku) presenta en mi diccionario de bolsillo tres entradas distintas:
El maestro Matsuo Bashoo se sirvió de este procedimiento cuando, tras culminar su famoso viaje a las tierras del interior de Japón -referido en su obra Sendas de Oku-, se despidió de sus discípulos con este haiku, que cierra dicho libro:
La palabra bisémica u homónima de doble sentido es "futami", que con razón aparece escrita en hiragana o silabario, y no ideográficamente, ya que su contenido (si se expresase en los correspondientes ideogramas) podría interpretarse como:
En el caso de 1), estamos ante un nombre de lugar: Futami, cuyos ideogramas transmiten la idea de "dos vistas": se trata de una población cercana a Ise, donde se pueden contemplar dos rocas muy cercanas emergiendo del mar: la leyenda local asegura que representan a dos enamorados; y a los japoneses les gusta ir a ver ponerse el sol entre las dos rocas, que ahora suelen estar enlazadas mutuamente con una maroma. El poeta partía de hecho hacia ese lugar; al decir "marcha el otoño" se estaba refiriendo muy probablemente a sí mismo, ya que su edad era avanzada.
El investigador japonés Toshiharu Oseko, en su estupenda obra Basho’s haiku (2 vols.) nos da esta traducción inglesa:
Like a clam torn from its shell,
I am departing from you to Futami. Autumn is departing too. La traducción es muy explicativa (por ejemplo, repite departing) y, desde luego, se pasa ampliamente de la medida canónica del haiku 5-7-5 sílabas -que yo en mi traducción me he visto obligado a aumentar levemente, usando la pauta 7-7-5 -. Con mi admiración y respeto por Oseko, yo me permitiría sugerir un ligero cambio al final: "Autumn is departing with me". Lo veo más expresivo, dado lo expuesto anteriormente.
Sin embargo, la traducción de Oseko es muy aclaratoria. Yo en mi tesis doctoral había traducido este haiku así (despreocupándome, por cierto, de la métrica):
Como de valvas de almeja,
la separación; hacia Futami marcha el otoño. También yo en dicha ocasión me pasé bastante en cuestión de sílabas, salvo en el último verso. La traducción de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya en la versión española de la citada obra de Bashoo reza así:
De la almeja
se separan las valvas hacia Futami voy con el otoño. Según la interpretación de Oseko, no se trata tanto de que las valvas de la almeja se separen entre sí como si fueran "futa" o "tapaderas", sino de que el cuerpo carnoso del animalito, dado el momento, ha de separarse de su concha. Por lo demás, y como advierte el mismo Oseko, el verbo yuku (ir) puede convertirse en "palabra pivote" ya que puede acompañar a wakare (separarse) formando el compuesto wakareyuku (marchar, tras la separación), o bien puede unirse con aki (otoño), que viene detrás: yuku aki, significando "el otoño que se va", como atribución de relativo. La partícula final "zo" es enfática.
En cualquier caso, para traducir el poema, resulta inevitable el desdoblamiento en palabras de futami, según su doble sentido. Y así aparecen "shell / Futami" en la traducción inglesa; y "concha o valva / Futami" en las traducciones españolas.
Considerando todo esto, he llegado a elaborar mi nueva traducción, ya citada:
La almeja de su concha
se separa, a Futami marcha el otoño. Este haiku es un excelso ejemplo de juego de palabras, debido al más sublime haijin.
Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala
Universidad de Sevilla |