XXIII. Taller abierto "Haikai no renga" En un artículo anterior, titulado "Taller de haiku", he descrito las vicisitudes y el desarrollo más o menos habitual de un taller de haiku en mi Facultad, con mis alumnos. Tengo hoy que añadir un pequeño reportaje de un taller de haiku
La coordinadora y organizadora de dicho taller ha sido una de mis alumnas de haiku, alumna también de Japonés, y participante en mi taller mensual. Ya apareció citada en el mencionado artículo. Se trata de Anjhara Gómez Aragón. La perspectiva de colaboración y medios para poner en pie el taller era en principio como para desanimar a cualquiera, pero "el que la sigue, la consigue", y... con el apoyo incondicional de la Profesora de Japonés Miyako Kiuchi y de varios compañeros (Elena, David, Dani, Esther, José Ignacio, Joaquín, Juan Ignacio y Marta), Anjhara consiguió sacar adelante el proyecto.
Mi colaboración consistió en prestarle a Anjhara una acuarela mía (paisaje de arboleda a contraluz) con un haiku propio –en español y en japonés-, así como en facilitarle unos haikus que tenía guardados del desaparecido Profesor de Japonés Reiji Nagakawa. Precisamente la "Jornada" se organizaba como homenaje a su memoria.
Montado el taller, lo visité en compañía de un amigo, e incluso colaboramos ambos aportando un haiku.
El taller estaba bien presentado, y consistía en una mesa, un panel para escribir, y varios elementos de decoración y accesorios, todo ello atendido por dos alumnos (ellos y ellas) de Lengua Japonesa.
Entre los elementos de decoración estaban mi acuarela, los haikus del Prof. Nagakawa, la simulación de un estanque mediante una bandeja llena de agua, con flores de loto y una rana –todo de origami en bonitos colores- alrededor: fiel
Había también una hojas blancas, entre octavilla y cuartilla, con el monte Fuji -en foto recortada por ordenador-, las palabras "Taller de haiku" / "Jornada cultural de Japón 2005", y también la palabra 'haiku' en escritura japonesa. Estas hojas estaban destinadas a que los visitantes que colaborasen activamente en la creación de haiku se pudieran llevar escrito su haiku (se les escribía en español, con el nombre del participante en katakana).
El panel se llenó de haiku (16 en total), de entre los que destaco estos:
La flor de loto
en el estanque frío la rana canta José Ángel / Sandra / Emi Haiku inspirado obviamente en lo que allí se veía sobre la mesa, digamos que aprovechando bien el "momento de percepción". El segundo verso (el de Sandra) resulta ser una "frase pivote" que puede complementar al primer verso o al tercero, o a ambos. La frialdad del estanque ofrece cierto contrapunto con el estival y entrañable canto de la rana.
La hierba fresca
acaricia mi piel llena de vida Manolo / Mª del Águila / Javier La sensación táctil emerge aquí como muy singular y –dado el calor sevillano de mayo- incluso deseada, por su frescor. Es bella la personificación de la hierba en su gesto de acariciar, y el verso último resulta válido tanto para 'hierba' como para 'piel', uniendo conceptualmente ambos sustantivos con el último que cierra el poema: 'vida'.
No hay descanso
¿dónde está Miyako? caos intenso Fidel / Dani / Marta Haiku humorístico, también de situación -como el primero comentado-, que describe momentos tensos de desconcierto en la organización. Hace justicia el título del taller "Haikai Renga", ya que haikai en su origen significaba "lo divertido". El segundo verso debe ser leído con dialefa entre las palabras "¿dónde está...": escindiendo en dos vocales 'e' la posible sinalefa. Como instante testimonial, lo veo logrado.
los delfines
brillaban en el agua son bonitos Nadia Cómputo silábico: 4-7-4. "Son bonitos" resulta un final no muy elocuente. Pero por encima de todo este haiku merece destacarse porque su haijin, Nadia, es una poetisa de ¡7 años! Nuestra admiración y aplauso para ella. ¿Qué no hará Nadia cuando llegue a la Universidad?
Y no comprendo
por qué no escribí antes algunos haikus Anjhara Este haiku refleja el entusiasmo contenido y hondo de nuestra coordinadora por el haiku, y sirve de apreciación a todo el panel, pues aparece al final del mismo. También es una voz española de amor al haiku y a Japón, que queda ahí resonando, invitándonos a coger el lápiz o el rotulador, para contribuir a llenar aún más ese panel que se va haciendo inmenso.
Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala Universidad de Sevilla
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