II. A lo largo de la playa La noche encendía estrellas a lo largo de la playa. Contaba centelleantes luceros que imaginaba como el tesoro de un mago construyendo imágenes desde el recreo de su excitada mente. La arena era blanca y más blanca aún bajo el reflejo de los ojos escuchando en transparentes horas el sonido de las olas. Una, tres, cinco, siete, quince iba sumando hasta que la mirada dejaba de brillar y volvían a esconderse los astros luminosos.
Así, sumergido en noches oscuras y tenebrosas, inventé el universo, entre cánticos de agua y lejanos murmullos pensativos, como quien va lavando sus heridas.
Blanca la noche
Las estrellas extienden el horizonte
Noche estrellada
Al amanecer conchas blancas Alfonso Cisneros Cox
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