Ciudad del norte.
Por encima del tráfico hoy se oye el mar.
Hora de entrar.
Las luces del polígono bajo la lluvia.
Los cables de las grúas:
el mismo balanceo que los cipreses.
Periódico tirado,
pasa el viento las hojas a su capricho.
Envuelto en vaho
hablo con otro amigo envuelto en vaho.
Lluvia y gaviotas
que chillan al mismo ritmo que mis zancadas.
Reduzco el paso:
en mitad de la lluvia nieva un poquito.
Tarde brumosa.
Un islote a lo lejos que azota el mar.
Cristal con vaho.
El dibujo que he hecho, desfigurándose.
Es Navidad.
Van llegando al asilo los familiares.
Casi pisar
un charco y... ¡no pisarlo! La luna en él.
Noche de viento.
Entre ráfaga y ráfaga se oyen maullidos.
Llegar de noche.
Dormir. Despertar. Ver por fin el río.
Sólo mis pasos
y los gallos se oyen. Patrón del pueblo.
Azul el alba,
las nubes más cercanas están muy lejos.
A las dos últimas
hojas del avellano les falta otoño.
El sol aún bajo.
Las panzas de las nubes, resplandecientes.
Casi una a una
caen las hojas de un sauce. De pronto, muchas.
Gota en la fuente:
a punto de caer se congeló.
Pasó el otoño,
las hojas de los árboles ya son camino.
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