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Haikus individuales
1
14.5 puntos
Camila (Ciudad de México, México) noche sin luna sólo el vestido blanco de la mulata |
Luelir (Navarra, España) De madrugada mi abuela y las gallinas, ellas tras ella. |
Nanook (Sevilla, España) el anciano se cambia de banco tarde de estío |
Félix Arce (Soria, España) |
Camila (Ciudad de México, México) |
Gregorio (Sevilla, España) |
Zeta (Ciudad de México, México) |
Pablo Milea (Río Negro, Argentina) círculo negro en la pared aún blanca luna de día |
Razones: - Por la estructura métrica, que guarda el equilibrio necesario entre la brevedad del primer y tercer verso, y una mayor longitud en el segundo, según marca la tradición. El que siga la norma de 5-7-5 no me parece sin embargo preceptivo, ni siquiera en el haiku japonés. - Por el conceptualismo de los versos, en especial el primero, que combina perfectamente sustantivo más adjetivo sin mediación de partícula alguna. - Por el perfecto simbolismo abstracto de la contraposición entre 'negro' (verso 1) y 'blanca' (verso 2). - Por el efecto de revelación iluminadora del tercer verso, esencial para el aspecto semántico de un buen haiku, donde los dos primeros versos deben crear un suspense que es resuelto de manera directa y 'sorprendente' en el tercero. - Por la perfecta estructura gramatical, sin concesión alguna a elementos explicativos (narrativos). El haiku es transparente, y no presenta ningún tipo de raciocinio añadido, en la línea de no-mente, tan afecta a la tradición. - Por la concisión del verso final, con la combinación de dos sustantivos unidos por la preposición 'de', mostrando una estructura muy clásica y asentada en la historia del haiku. |
Pablo Milea (Río Negro, Argentina) noche de invierno ¡katz! naranja en la tanza amanecer (Tanza: Sedal de la caña de pescar) |
Razones: - Por la estructura métrica. - Por la estructura gramatical, con un primer verso de estilo muy clásico combinando dos sustantivos en una perfecta locución nominal, donde el segundo es estacional. - Por el uso de la onomatopeya en el segundo verso, demostrando un perfecto dominio del efecto de 'acontecimiento', imprescindible en un haiku de tipo intelectual. - Por la brevedad conceptual del tercer verso, reducido a una sola palabra, pero que aclara perfectamente el contexto del segundo verso. - Por la contraposición y tensión plástica entre 'noche' en el primer verso y 'amanecer' en el tercero. - Por la perfecta metáfora sobre la iluminación cotidiana en el mundo del haiku, especialmente por el efecto simbólico que produce el verso 'amanecer', uno de los sinónimos de la iluminación. |
Eva Comas (Sevilla, España) roja granada en la rama, en la mano en la basura |
Razones: - Por su estructura métrica, indiferente al hecho de que el segundo verso tenga 8 sílabas, pues la cesura en mitad impide hacer una de "[ra]ma-en". - Por la claridad conceptual del primer verso, consistente en la combinación de adjetivo + sustantivo, sin partícula alguna. - Por la simplicidad gramatical que reduce el uso de partículas a una sola, 'en' con empleo reiterativo, dejando ver el fuerte contraste entre la reiteración sintáctica, y la progresión semántica de cada pequeña estructura. - Por el fuerte efecto conclusivo del tercer verso, que no se limita a una simple continuación de la serie 'en...', sino que corta la secuencia, y no deja opción más que a un tenso silencio. - Por el efecto 'iluminador' del tercer verso, que introduce un elemento inesperado y hace ver el conjunto con una luz completamente nueva. |
Don Vicente (Morelos, México) Escampa un rato, y los pájaros vuelan hacia otras ramas. |
En su sencillez, este haiku es rico en sensaciones: tiene luz, movimiento, frescor, melancolía... y hasta un toque de humor sutil. Las tres imágenes del haiku clásico se enlazan con deliciosa naturalidad: la pausa de la lluvia, el vuelo de los pájaros, la llegada que, en cierto modo, ilumina y da sentido a ese vuelo... |
Gregorio (Sevilla, España) clarea el día, sólo queda una estrella ¡ah, y la luna! |
La gracia de este haiku está en el último verso, que es el que pone la sorpresa en una escena hermosa, pero convencional. Recuerda –y quizá evoca- el conocido haiku de Bôsha: "¿cayeron todas / las gotas de rocío? / ¡no, queda una!" La observación atenta descubre un último detalle, antes inadvertido, que confiere al poema todo su encanto. |
SmcArq (Libertador, Chile) El río el cerro el que mira |
La mera enunciación no garantiza un buen haiku. Aquí, sí, y, de nuevo, lo que le da fuerza y sentido es el último verso -"el que mira"-; en ese mirar hay comunión y celebración. Todo se funde, se reúne y cobra sentido en esa mirada. El poeta -como Santôka- rompe las convenciones formales del haiku y se expresa, directa y llanamente, nombrando. |
María del Carmen Guzmán (Málaga, España) |
Calidad media, sostenida. Capacidad de observación de lo cotidiano, aunque se echa en falta la sorpresa, el contraste. |
Sr. González (Ciudad de México, México) |
Conjunto muy logrado, con detalles sutiles que revelan una especial sensibilidad (la telaraña, las palomas, los pájaros silenciosos bajo la lluvia...). |
Zeta (Ciudad de México, México) |
Destaca, en este conjunto, un sentimiento de soledad contemplativa que evoca el concepto japonés de sabi y que impregna los haikus de Bashô. Kyôrai lo definía como la atmósfera, el "color del verso". |
Silvia Tajteelbaum (Buenos Aires, Argentina) Piel de verano aroma de jazmines así te recuerdo. |
El jazmín puede tener reminiscencias árabes, pero en realidad es de origen chino; me parece que esa estrofa nos está hablando del mar de la China del Sur, de una piel soleada, reluciente y levemente ungida con jazmines (me remito a mi anterior comentario de 明日香 -Asuka, sol, luna, perfume). La escena es como un bálsamo contra el calor. En los jardines del sur de la China se utilizó una silla de madera calada (como en cualquier sitio cálido) pero el respaldar es de mármol, no un mármol cualquiera sino uno elegido para que sus vetas blancas y negras nos hagan imaginar una cumbre nevada o un río, a esto creo que se le puede llamar sin sonrojo "refinamiento". |
J. Rubén Palacios López (Guanajuato, México) Bésame mulata déjame fundirme a tus pecas blancas |
Me sorprende ver escrito algo que yo mismo he pensado cada vez que estoy por Brasil. En cierta ocasión me dijeron que esas pecas blancas salen por causa de algunos hongos, me divirtió entonces imaginarme mulatos a rayas, a cuadros, con círculos, etc. El gran escritor Brian Aldiss (sí, el de Inteligencia Artificial, pero bastante mejor la trilogía de Heliconia) imaginó algo similar en una novela en la que según tus percepciones mentales así surgían dibujos sobre tu piel. Borges hizo algo con eso pero referente a la piel moteada del jaguar en la que había supuestamente un mensaje oculto, indescifrable y cambiante de los dioses precolombinos, ¡qué taimados y crueles! Por cierto que Borges era un orientalista semioculto, por si no os habíais dado cuenta, que imagino que sí.
Este haiku enlaza también con otro de la autora Camila, que dice:
noche sin luna
sólo el vestido blanco de la mulata |
Inés Villán (Baleares, España) Sol implacable esplendor en tus ramas sombras danzando |
Por fin el haiku mediterráneo. Creo que Homero lo hubiera aprobado aunque quizá no le gustaría la escasez de metáforas. En general, los haikus no hacen ningún uso de la metáfora 比喩表現 (Hiyuhyôgen), pero no vayáis a creer que el idioma japonés en general es muy dado a esa figura, me da la impresión de que resulta por lo general confusa y poco apreciada. |
Eva Comas (Sevilla, España) húmeda, fría esa alcoba del norte huele a pasado |
Reconoce que en las estancias al norte raramente llega el sol y esa oscuridad la asocia con su pasado, una imagen notable en mi opinión. |
Fuego Azul (La Paz, Bolivia) |
En la distancia
La claridad, el brillo, eso que los japoneses expresan con un sol y una luna o a veces con dos lunas 明, 朋, y hasta con sol-luna, sol y perfume 明日香 (Asuka) es signo de pureza, pero sobre todo o igualmente de santidad, por eso es lógico que el autor se vea sobrecogido en la distancia, se adivina en la estrofa un aire puro y terso, casi rarificado.
Me provoca espanto Tanta claridad
Sobre la espuma
Posteriormente su espiritualidad se centra en el agua, en los torrentes, tan abundantes en Japón, su alma parece ser portada por ellos, con los guijarros hacia el tan anhelado mar. El himno nacional de Japón (Kimigayo) termina: ..."hasta que los guijarros se conviertan en rocas y sobre las rocas brote el musgo".
Piedras de muchos ríos Llevan mi alma |
Konstantin Dimitrov (Sofia, Bulgaria) |
Puede parecer algo exagerado pero creo que el verso "tan fría la lluvia / estará nevando ahora / en mi patria..." podría estar muy bien en el Manyôshu, donde siempre los recuerdos y la nostalgia del reino de Yamato 大和, de la capital Nara 寧楽 (no es un error, señor calígrafo, son los kanji de "fácil" y "agradable" que definían a la ciudad-patria) y en definitiva de la patria lejana y perdida son una constante. Aquí nuestro colega Dimitrov los recoge muy bien con el tema climático y estacional. Supongo que Bachelard diría que las patrias siempre están llenas de sol o de nieve, igual que uno siempre se recuerda a sí mismo subiendo al desván pero no bajando de él. |
Katzu (Lima, Perú) |
La penumbra
Sutil juego de luz y color, difracciones, se complementa con:
deja colores en la alberca
Lluvia temprana
las cerezas destellan espejos
Pozo de agua
Siempre he sostenido que los fenómenos de eco, reflejo y silencio definen perfectamente una gran parte de la cultura japonesa clásica, pensemos por ejemplo que el lago que bordea por el Sur el Kinkaku-ji 金閣寺, el famoso pabellón de oro, recibe el nombre de lago-espejo porque allí se producen los más bellos reflejos del entorno hasta el punto de que no podemos distinguir la imagen real de la especular.
el aroma del jazmín aún reposa |
Palmira (Valencia, España) Fríe buñuelos. Sus rizos tan dorados como el aceite. |
Explicar un haiku puede llegar a ser de tan mal gusto como explicar un chiste. A poco que uno se descuide está desgraciándolo, diseccionándolo, abriéndolo en canal en vida. Este haiku de Palmira está tan rebosante de ternura que me siento tentado de no comentarlo. Pero entonces, simplemente, las cosas quedan sin decir... Comparar el color del pelo con uno de sus más terribles enemigos conceptuales –el aceite- es tan poco japonés, tan poco "estético", tan auténtico, que no puedo menos de emocionarme con su lectura. Una mujer mira embobada a alguien que fríe buñuelos y compara el color del pelo con el del aceite con que trabaja... Imaginemos que en una noche romántica en el momento culminante de una declaración de amor le decimos a la mujer que amamos que nos encantan sus ojos marrones "del color de las bellotas". Algo así es lo que siento con este haiku. Tiene la aparente tosquedad del arte africano y, sin embargo, no lo hagamos de menos: este haiku sigue una de las más elaboradas reglas del haiku japonés bien hecho, a saber, el permitir la habitación de contrarios en su seno: aceite-pelo, comida-rizo... Es un haiku para estudiar detenidamente. |
Mavi (Murcia, España) Olor a mar en la pared se herrumbran antiguos útiles |
Luelir (Navarra, España) Sombra de higueras. Mi abuelo lee rodeado de hormigas. |
Mª del Carmen Guzmán (Málaga, España) La higuera seca asoma por encima del viejo muro. |
Fabrizio (Guatemala, Guatemala) Un árbol seco pero quedan sus ramas llenas de cuervos. |
Mavi (Murcia, España) |
Todos sus haikus son excelentes, sin un sólo error. |
Palmira (Valencia, España) |
Tiene 4 haikus magníficos, uno pasable y uno fallido. |
Rafael García Bidó (Santo Domingo, Rep. Dominicana) |
Raijo (Murcia, España) |
Los dos tienen aciertos y errores. Destaco del primero su hermoso haiku: "Beber el agua / donde se ven los pinos. / Atardecer", y del segundo: "Al balanceo / de las cañas, sus hojas / suenan a frescor". |
Mención especial a Eva Comas, Félix Arce, Guillermo Fontes, Aguilar Bañón, Rodríguez Quintana, Konstantin Dimitrov, Pizaña Moronés, López Gil, Diego Pérez, Sr. González y Zeta.
Pido excusas por no poder razonar extensamente, como es mi costumbre, mi dictamen. La falta de tiempo y el exceso de trabajo me lo impiden de momento. Quedo, sin embargo, a disposición de todos los poetas que se han presentado al concurso en mi email: |
Luis E. Mejía Godoy (Managua, Nicaragua) Me basta un grillo y una luna de mayo para ser niño |
Acierta en la capacidad de ensoñación que puede tener un adulto sensible, y mediante un sencillo léxico la plasma en palabras. Gran sabor de pobreza espiritual. |
María Neble (Sevilla, España) Dejo un suspiro colgado en tus ojos por si despiertas |
Haiku que transpira humanidad, con notable elegancia en la expresión. La dialefa del segundo verso coopera con el sentido para dar un ritmo lento al cierre del poema. |
Félix Arce Araiz (Soria, España) retorna otoño persigue al globo el niño y al niño el viento |
Con gran sentido de estación, acorde con la vehemencia del viento, el autor describe una doble persecución, jugando hábilmente con la sintaxis. |
Félix Alcántara Llarenas (Zaragoza, España) |
Muy buen conjunto, con un acertado uso del efecto sorpresa. |
Elsa Serra (Buenos Aires, Argentina) |
Valiéndose de sugerentes paradojas, la autora consigue bellas imágenes dotadas de mensaje. |
Manuel López Gil (Madrid, España) |
Fina observación de la vida animal, llena de ternura y enseñanzas. |