El Tablón 2004 - Segundo Semestre
- Índice de autores -
Abril - Buenos Aires, Argentina

Adri - Asturias, España

Alfonso Muñoz - Lima, Perú

Ana M. Prouvelaire - Buenos Aires, Argentina

André Poussin - Paris, Francia

Ángel J. Aguilar Bañón - Albacete, España

Antonio García Vargas - Almería, España

Asun Blanco Cobelo - Vizcaya, España

Ave Nocturna - Barcelona, España

Barbarroja - Cádiz, España

Blanca Bengaray - Miranda, Venezuela

Buzo - Pontevedra, España

Camila - Ciudad de México, México

Carlos Martins - São Paulo, Brasil

Carlos Reyes - San Cristóbal, Rep. Dominicana

Carlos Rubio Ferrero - Madrid, España

César Neftaly Martínez - Massachusetts, Estados Unidos

Charles B. - La Habana, Cuba

Cristina León - Barcelona, España

David Collazos - Lima, Perú

Don Vicente - Morelos, España

Electra - La Habana, Cuba

Elsa Serra - Buenos Aires, Argentina

Emilce Pinazo - Río Negro, Argentina

Eva Comas - Sevilla, España

Fabrizio - Guatemala, Guatemala

Félix Alcántara Llarenas - Zaragoza, España

Félix Arce - Soria, España

Fernando Legrand - Buenos Aires, Argentina

Fernando López Rodríguez - Valle del Cauca, Colombia

Francisco Lendoiro Serrano - La Coruña, España

Fuego Azul - La Paz, Bolivia

Furuneko - La Habana, Cuba

Gah - Lima, Perú

Giovanni C. J. - Santiago, Chile

Gitanjáfora - Cádiz, España

Graciela Chisty - Entre Ríos, Argentina

Gregorio - Sevilla, España

Guillermo Fontes - Santa Cruz de Tenerife, España

Guillermo Julio Gazia - La Pampa, Argentina

Homero Morales - Santa Fé, Argentina

Ignacio Ghiglione - Buenos Aires, Argentina

Inés Gallardo - Buenos Aires, Argentina

Inés Villán - Baleares, España

Isalvahe - Villa Clara, Cuba

Israel López Balan - Ciudad de México, México

J. Rubén Palacios López - Guanajuato, México

Jayer - Osorno, Chile

Joaquín Padilla Rivero - Santa Cruz de Tenerife, España

Jordi Climent Botella - Barcelona, España

Jorge B. Rodríguez Quintana - La Habana, Cuba

José Martel Moreno - Las Palmas de Gran Canaria, España

Josenín - Asturias, España

Juan Francisco Pizaña Moronés - Aguascalientes, México

Katzu - Lima, Perú

Konstantin Dimitrov - Sofia, Bulgaria

Lu Tom-Bo - Barcelona, España

Luelir - Navarra, España

Luis A. Murgas Guerra - César, Colombia

Luis E. Mejía Godoy - Managua, Nicaragua

Manuel López Gil - Madrid, España

Mar Ordóñez - Pontevedra, España

Maramín - Valencia, España

María del Carmen Guzmán - Málaga, España

María González - Estado de México, México

María Neble - Sevilla, España

María Rosa Perea - Buenos Aires, Argentina

Mario Ibarra - Santiago, Chile

Marta Alicia Pereyra - Córdoba, Argentina

Marvin Martín Mora - California, Estados Unidos

Matarán - La Habana, Cuba

Mavi - Murcia, España

Miguel Ángel - Madrid, España

Montemayor - Nuevo León, México

Nanook - Sevilla, España

Nomfag - Salta, Argentina

Okapi - Mendoza, Argentina

Óscar Diego Pérez - Buenos Aires, Argentina

Pablo Milea - Río Negro, Argentina

Palmira - Valencia, España

Playa de la Media Luna - Sevilla, España

Rafael García Bidó - Santo Domingo, Rep. Dominicana

Raijo - Murcia, España

Ricardo Fernández Moyano - Zaragoza, España

Sandra Pérez - Buenos Aires, Argentina

Santiago Larreta Irisarri - Navarra, España

Silvia Tajteelbaum - Buenos Aires, Argentina

SmcArq - Libertador, Chile

Sr. González - Ciudad de México, México

Sus - Ciudad de México, México

Vella - Sevilla, España

Verónica - La Habana, Cuba

Zeta - Ciudad de México, México


Nº de autores: 93



Arriba

Abril
(Buenos Aires, Argentina)




Cuando madura
el fruto se desprende,
la rama ilesa.

- Mucha presencia de la naturaleza. -- Inés Gallardo
- Presenta con claridad la permanencia y el cambio, inherentes al haiku. Misterio de la naturaleza. -- Sandra Pérez



Cuencos vacíos,
cucharas de madera
doblan el alba.



El té de invierno:
la taza contra el plato,
tibio silencio...



Oro de brisa,
¿abanicos de gingko
o mariposas?


- Me despierta vivencias con la imagen de las doradas hojas del gingko. Descriptivo, brillante, y la estación, implícita. -- Nomfag



Sólo un pimpollo
y todo es primavera
hoy en el patio.

- Un paisaje colorido. -- Inés Gallardo
- Haiku luminoso y optimista, límpida mirada sobre el entorno. -- Maramín



Ranas de estío
serenata nocturna
croa el arroyo.

- En este haiku, mediante una metonimia, muy lograda, se consigue que sea el arroyo entero el que croa. -- José Martel Moreno




Arriba

Adri
(Asturias, España)




todo se duerme
momento previo tenso
víspera de boda



sol de verano
abrazo placentero
¿por qué no vienes?



calor del fuego
sombras que siempre tiemblan
suelo nevado



grillos que cantan
noche estrellada y azul
Castilla es ancha



crestas que cortan
neblina en las montañas
verde es Asturias




Arriba

Alfonso Muñoz
(Lima, Perú)




Cielo nublado.
La intensidad de un diente
de oro.

- El pequeño destello de un diente es capaz de emular al sol. Ingenioso y atrevido. -- Palmira
- Algo brilla dentro de lo oscuro: la luna, las estrellas, el lamparín que enmudece mientras se va acercando el alba, pero, más no, es el enigmático diente de oro, que contiene toda la luz del universo. -- Katzu
- Imagen fugaz, llena de sugerencias. -- Jorge B. Rodríguez Quintana



La mejilla
y el charco de baba
en la cuna.



Oscuridad.
El tacto de los cuerpos
morenos.



El hombre solo
y la cama
inmóvil.



Piso mojado:
La mala puntería
del manantial.



Alfombra.
Pelusas.
Uña.




Arriba

Ana M. Prouvelaire
(Buenos Aires, Argentina)




Las nubes blancas
detrás de la tormenta,
acaso duerman...



La garza quieta
en el charco sereno,
la vida pasa...

- He leído varios haikus de esta autora que me gustan. El que seleccioné me parece que reune las características necesarias para ser un buen haiku. -- María González



Árboles brotan
con ramas como brazos,
hay hojas nuevas.



Volcada luna,
sobre las tejas rojas
deja su llanto.



Manzanas verdes
en la mesa servida,
faltan tus manos...



Baila el tango
como volando bajo,
lo siento cerca...





André Poussin
(Paris, Francia)




qué largo el pelo
del perro extraviado
cuando lo hallaron

- Todo el misterio del tiempo queda aquí condensado en un golpe de afecto. -- Raijo





Ángel J. Aguilar Bañón
(Albacete, España)




Día tranquilo.
El césped se estremece,
pasan las nubes.

- Cinco, siete, cinco; bien construído. Detiene un instante, me da una imagen, casi siento la brisa. -- María González



Un segundo antes
que el beso de tus labios
tus dulces tetas.



En las afueras
se demora el crepúsculo
un rato más.

- Una mirada interior. -- Inés Gallardo
- En las afueras todo va más despacio porque allí la ciudad y su ritmo se debilitan. La luz puede tomarse su tiempo para ir y venir cuando quiera. El haiku recoge con acierto ese momento de tregua. -- Félix Alcántara Llarenas
- Haiku de caminante, lo es también de perseguidor. Aunque no podamos caminar al ritmo del Sol, aunque el crepúsculo no pueda demorarse por mucho tiempo, este haiku lleno de optimismo ofrece un plus a quien quiera asomarse al extrarradio. -- Mavi



Sauce llorón.
Lava su cabellera
bajo la lluvia.



Agosto.
Las sombras de los árboles
construyen sendas.



Son dos azules:
El del mar y el del cielo.
Mismo silencio.





Antonio García Vargas
(Almería, España)




Canta el gallo
muge la vaca feliz
en el establo



Seis y seis
tallos de rosas rojas
una docena



Un estampido
ecos en el páramo
vida quebrada



Viento del sur
gira hacia el norte
busca su giro



Nube que pasa
cabalgan diminutas
gotas de agua



Mosca tras cristal
palpitación extrema
agonía visual





Asun Blanco Cobelo
(Vizcaya, España)




llega la grulla
trompeteando desde
el cielo raso

- Por primera vez logro advertir una secuencia de haikus inacabados, que, aunque manteniendo la métrica durante la secuencia, van dependiendo uno de otros, articulando una atmósfera, como vasos comunicantes, creando una sensación clara y sugerente como una cascada. -- Katzu



se posa sobre
el plácido espejo
de la laguna



la blanca nieve
enfría el aire del
fin de la tarde



en el carrizal
el zorro acecha a su
próxima presa





Ave Nocturna
(Barcelona, España)




Camino solo.
¿A dónde se habrán ido
las mariposas?

- ¿A dónde van las mariposas? El hobre camina solo y añora mariposas, esa alegría tan efímera que desaparece de pronto y ¿a dónde?. Me gusta mucho este haiku, contiene el presente, el pasado y el futuro. -- Eva Comas





Barbarroja
(Cádiz, España)




Claro de luna
a morir a mi puerta
un perro sarnoso.

- Conjunción de elementos que parece establecerse dentro de un código mágico ancestral. La aliteración y la elipsis hacen aún más hermoso este haiku sobre la fatalidad sin tintes morales. -- Mavi



Abandonada
en la huerta aún crece
la tomatera.

- La vida a pesar de todo, la naturaleza resiste hasta el abandono, el hombre, no. -- Emilce Pinazo



El chorro de orín
salpicando con violencia
sobre la tapia.



Leo a Santôka
las nubes me dan sombra
al rato se van.



Absorta
sus manos en el vientre
nueve lunas.



Prendidas
copulan dos libélulas
mi salvación.





Blanca Bengaray
(Miranda, Venezuela)




Hace presencia
retador y soberbio
el arco iris

- Capta el instante con intensidad. -- Inés Gallardo



Entre brumas
surgió el arco iris
fiesta de color



Oro y plata
chaparrón de alegría
fiesta de luz



El arco iris
con soberbia asoma:
nubes cómplices



Dos arco iris
con timidez asoman:
olor a lluvia

- Espectáculo de colores ante la fuerza de la naturaleza. Imagen bien capturada. -- Francisco Lendoiro Serrano



Regalo visual
Rey de luz y sueños:
¡El arco iris!



(Nota a los poemas: A su paso por costas venezolanas,
en una tarde lluviosa y en un gesto de generosidad, el huracán
Iván nos regaló dos arco iris. ¡Qué lujo!
)




Buzo
(Pontevedra, España)




La roja llama
se mueve como sierpe,
disolviéndose.



Quedan tizones
de color gris acero,
la noche sigue.



Polvo que vuela
se une a la tierra,
así termina.



Azul arriba,
gris silencio abajo.
Es el océano.

- Alusión a lo pictorico y al factor sorpresa. El poema va construyendo poco a poco la imagen. Primero el cielo "arriba", después un gris silencioso que genera tensión gracias a la cromaticidad de una sustancia silenciosa: "abajo" y luego el clímax que completa la visión de la totalidad "es el océano". Satori. -- Katzu



Plano horizonte,
infinita extensión.
¡Nunca termina!



Noche tranquila,
dorada lluna llena;
el búho vuela.





Camila
(Ciudad de México, México)




va y regresa
del coche amarillo
la mariposa



bajo un farol
está la lluvia sola
noche de otoño

- ¿Quién podría pensar que la lluvia puede sentirse sola? El poema derrocha ternura humanizando a sus componentes. La lluvia bajo el farol es una ínfima parte de toda la lluvia del mundo, pero con eso basta para sentir su soledad. -- Félix Alcántara Llarenas



pájaros jóvenes
apenas de rama en rama
cerca del nido



noche sin luna
sólo el vestido blanco
de la mulata

- Haiku de gran plasticidad. Muy sugerente y armonioso. La persona confundida con la noche, como parte de la naturaleza. El brillo de un vestido, convertido en astro. -- Palmira
- Me impactaron tanto el contraste visual como la pureza simbolizada en el color. -- Sandra Pérez
- Es muy visual. El vestido de la mulata, tan blanco, se hace luna en la noche sin luna. -- Eva Comas
- Precioso haiku, en el que el contraste del vestido blanco sobre un cuerpo moreno de una muchacha no sólo nos ilumina en la oscuridad de una noche sin luna, atrayendo nuestra mirada, sino que nos llena de una sensualidad difícil de encontrar en este tipo de poemas. -- Manuel López Gil



los viejos muros
de la casa vacía
todos con clavos



frente a la iglesia
los turistas parados
con sus colores





Carlos Martins
(São Paulo, Brasil)




Invitación al silencio -
El sonido de las hojas secas
pisadas en la trilla.



Hálitos blancos -
Las risas de los amigos
se convierten en nubes.



Bajo las aguas lentas,
el diseño de las piedras -
Cascada de invierno.



Dormitar de invierno -
Suelta un suspiro profundo
el perro en la alfombra.



El silencio se convierte
en un pasajero del coche -
Otoño en la carretera.



Lluvia de hojas secas -
La vieja pareja, de la mano,
sigue su camino.





Carlos Reyes
(San Cristóbal, Rep. Dominicana)




Es madrugada;
mansa bruma en el jardín
el sauce sueña



Viajero inmóvil
sobre la fugaz corriente;
¡es solo un puente!



Frutos en cierne,
dormitan las semillas
bajos los surcos



¡Tristeza fluvial!
asomada al desierto
lloraba el agua



Los grillos y el río
con sus dulces violines
mi noche alegran



Detrás del cristal
la luna de septiembre
¿por qué lloraba?





Carlos Rubio Ferrero
(Madrid, España)




Abrí la puerta,
me tendió su manto gris.
Otro otoño.



Retazos del mar
entretejen la tarde
junto al café.





César Neftaly Martínez
(Massachusetts, Estados Unidos)




Mi madre llora
sollozo imperceptible
tenue murmullo



Lágrimas caen
el cielo negro llora
encapotado



El horno listo
y las manos que amasan
harina y huevos



Y cae el rayo
estalla el llanto gime
luz al instante



Su mano tiembla
herida la sonrisa
mi padre lleva



El infinito
simula su herida
y tarde llueve





Charles B.
(La Habana, Cuba)




Flores caídas,
descansan los pájaros
en el parque.



Un carro tras otro,
la hierba a cada lado
se contonea.

- Excelente muestra de haiku urbano. La naturaleza abstracta producto del intelecto, soplando la naturaleza virgen. ¿Y el viento? -- Israel López Balan



Esas raíces,
de la tierra brotan
del cielo ramas.



Brillo de flores
entre las hojas
oscuro cielo.



Solo
los trinos y la brisa
escucho.



Acostado.
Entre las estrellas y yo
Un cocuyo.





Cristina León
(Barcelona, España)




Jardín de piedras.
Una flor de camelia
toca la grava.

(Nota: La flor de camelia, a diferencia de otras flores,
una vez que se ha desprendido del arbusto permanece
fresca y con sus colores por un tiempo considerable)


- El contraste entre la grava, naturaleza muerta, y la flor, naturaleza que al desprendese de su planta muere, nos invita a acercarnos y disfrutar de la imagen. -- Manuel López Gil





David Collazos
(Lima, Perú)




Prendo una vela
esa sombra no es mía
mosca en el muro



Frío de agosto
amarilla es la hoja
sobre el estanque



Solo garúa
ha logrado atrapar
la telaraña

(Garúa: Llovizna)

- Lejos de la anhelada efectividad buscada por el ser humano, la naturaleza y sus infinitas maneras de asombrarnos con las palabras del haijin. -- Israel López Balan



La mariposa
riñe a otra mariposa
separa el mirlo



Tumba grabada
una gota de lluvia
no hace al cielo





Don Vicente
(Morelos, México)




Entre cigarras,
se oye la voz de un niño
diciendo: "Mamá".



Le cuesta un poco
a la gran mariposa
batir sus alas.



La espesa niebla
en mi suéter de lana
se ha vuelto gotas.

- Sensación de frescura en su doble lectura: agua y temporalidad. -- Jayer



Escampa un rato,
y los pájaros vuelan
hacia otras ramas.



Vacas en fuga.
Un hombre y su sombrero
tras los cencerros.



A la distancia,
estaban zopilotes
dando vueltas.

(Zopilote: Ave de rapiña)





Electra
(La Habana, Cuba)




Tupido,
en la cresta
canta un gorrión



La flor
que acaricia el viento
deshojada



Entre burbujas
bajo el filtro
un pez



Sola
sobre mi cama
una hormiga



La mosca
una hebilla
en su cabello



El basurero
une a la flor
sus pétalos





Elsa Serra
(Buenos Aires, Argentina)




La rosa roja
protege su capullo
con dos espinas

- Mirada sugerente, y protectora puesta en escena. -- Jayer



Solo la luna
acompaña la noche
de la pobreza



Viejo cerezo
exhibiendo orgulloso
un fruto nuevo

- La autora expresa en este haiku la potencia de la vida ante lo caduco. Lo que otros poetas han desarrollado muy ampliamente, aquí se hace de un modo concentrado. Se puede decir que indica la precisión ante la densidad del contenido. -- José Martel Moreno



Hoja de otoño
acarició la luna
rozando el río



Pétalos blancos
la rosa del jardín
regala al viento



La luz del día.
Escapan por los techos
las pesadillas





Emilce Pinazo
(Río Negro, Argentina)




el sol poniente
luz en el horizonte:
instante rojo



al despertar hoy
un vaso con margaritas:
toda mi alegría



no hay nadie hoy
continúa el silencio
tarde de lluvia



nace y crece
en la grieta del muro
¡sorpresa!, una flor



en el cielo azul
guía de navegantes
la cruz del sur

- Descriptivo, locuaz. Para quien transita las inmensidades del hemisferio sur, la cruz del sur es casi un oasis, y lo hace sentir así; y no lo es en una estación, lo es todo el año. -- Nomfag



llanto primero
naciendo a la vida
hoy un silencio





Eva Comas
(Sevilla, España)




en el aire
la forma en que se mueve
el jacarandá

- Me parece un haiku muy visual. Cuando veo las ramas del jacarandá moviéndose, efectivamente queda algo en el aire y en mi retina. -- Gregorio



quieta en la rama
recibe la lluvia
una tórtola



húmeda, fría
esa alcoba del norte
huele a pasado



tarde de agosto
el grito de una moto
sube la cuesta



roja granada
en la rama, en la mano
en la basura

- La esencia de las cosas permanece, no importa dónde, cuándo o por qué. Eva ha sabido captar muy acertadamente este sentido de intemporalidad, de trascendencia. Me impactó desde el primer momento. Enhorabuena. -- Barbarroja





Fabrizio
(Guatemala, Guatemala)




Un árbol seco
pero quedan sus ramas
llenas de cuervos.

- No por seco deja el árbol de ser árbol. Así lo entienden sus huéspedes, los cuervos, que posándose sobre él consiguen crear una imagen más tétrica de sí mismos. -- Manuel López Gil





Félix Alcántara Llarenas
(Zaragoza, España)




Nadie acompaña
a las hojas caídas,
sólo su sombra.



El renacuajo
no distingue su charco
del mejor lago.



Sólo en invierno
puede salir a jugar
el viento helado.



Atardecer.
Se vuelve rojo el cielo
del vertedero.



Al irme dejo
la puerta sin cerrar.
Ya lo hace el viento.

- Tal vez conciencia de cómo interactuar con la naturaleza, o tal vez sorpresa por lo que suena a nuestra espalda. Incluso la duda (esta duda) me agrada. -- Raijo



Cantos rodados.
En escuchar al río
son los mejores.





Félix Arce
(Soria, España)




retorna otoño
persigue al globo el niño
y al niño el viento

- Encadenamiento maravilloso. Círculo vital del hombre-naturaleza. -- Sandra Pérez
- Con gran economía de medios, el poeta ha captado un paisaje otoñal lleno de dinamismo. -- José Martel Moreno



él, digno y flaco
también se asustó del trueno
aunque ahora ladre



légamo y algas
se huele la bajamar
noche de estío



primeras nieves
algarabía de huellas
junto a unas migas

- Abierto y sugestivo, permite ver a los gorriones disputándose unas migas que alguien echó sobre la nieve. -- Maramín
- Una estampa preciosa. Muy sugerente la simple imagen de unas huellas en la blancura inmaculada de la nieve. La estructura del poema está magistralmente conseguida. Enhorabuena, Félix. -- Barbarroja



calle desierta
aprieta el paso un niño
y canturrea

- Se palpa el miedo del niño que va solo por la calle. Para aplacar el miedo canturrea. -- Gregorio
- Asombra y conmueve con qué pocas palabras puede entregarse la naturalidad de unos gestos que son tan viejos como el hombre. Es un haiku maestro, imprescindible. -- Mavi
- Imagen que nos traslada a nuestra infancia, la del niño que al no sentirse protegido en un lugar solitario se hace compañia de su propia voz para que le dé fuerza en su carrera. -- Manuel López Gil



también el perro
siguiendo su camino
volvió la vista

- Haiku de mucha comunión entre los seres vivos: los conscientes y los no-conscientes. Un personaje desconocido que sólo es insinuado a través de los actos de su fiel compañero. Conmovedor. -- Israel López Balan
- De cómo el poeta, que iba a hablarnos de una anécdota, termina contándonos la reacción de un perro ante ésta, circunstancia que se ha tornado aún más importante que la propia sorpresa inicial. El poeta no sólo se olvida de sí mismo, sino también de su primer asombro, cuya causa queda ya para nuestra imaginación. -- Nanook





Fernando Legrand
(Buenos Aires, Argentina)




rocío de jazmín
canto del alma
ella lo huele



rompen olas
impermanentes rocas
hombre corriendo



ángel de amor
recorre el camino
obnubilado



luminosidad
sobre la almohada
él se retoza



cuerpo cálido
atrae al camino
reconfortante



sendero de paz
rumbo al encuentro
iluminación





Fernando López Rodríguez
(Valle del Cauca, Colombia)




Cascarón de chicharra
y sin embargo
¡ese canto!



Mientras escriba poemas
el zancudo
picará tranquilo.



¿Quién conspiró?
En el centro del patio
estalló una guanabana.



Se reclaman:
el perro vagabundo
y el crío de papi y mami.



¡Azaleas florecidas!
Lástima, la abuela
todavía en el hospital.

- Sigo sensible a las descripciones, y esta es brillante por la mezcla de gozo y tristeza. Vida plena y decadencia de la vida, todo en un mismo momento. -- Nomfag



Para el nochero
el aleteo del murciélago
desgajó un mango.

- Para el nochero, para el que por alguna razón no puede conciliar el sueño y observa en medio de la noche. Para él, espectador accidental, el milagro de estos tres segundos: el aleteo del animal en la oscuridad, su presumible grito al desgajar el fruto con su torpe vuelo, la caída del mango, los ruidos, los colores difusos, el olor húmedo de una noche tropical. -- Nanook





Francisco Lendoiro Serrano
(A Coruña, España)




Croan las ranas
Rompiendo el silencio
De noches claras





Fuego Azul
(La Paz, Bolivia)




En la distancia
me provoca espanto
tanta claridad



Por la cañada
serpentea el camino
la lluvia teje



Sobre la espuma
piedras de muchos ríos
lleva mi alma



La flor es blanca
el campo de los lirios
reflejo de paz



En la montaña
el decir del silencio
todo me lo dio





Furuneko
(La Habana, Cuba)




Flor de araña
no gusta de tu néctar
la mariposa



Seco el rocío
qué susurra el colibrí
a las flores



El camaleón
agita su pañuelo
cuando me mira



Relampaguea
la lechuza
en el árbol



Pienso
a saltos
los gorriones



Una vez y otra
te vuelvo al jardín
cocuyo





Gah
(Lima, Perú)




Canción sombría,
cielo gris;
lluvia en mi parabrisas.





Giovanni C. J.
(Santiago, Chile)




jirón de nubes
a ras de la montaña
la lluvia acaba



el viento frío
mueve hojas amarillas
nubes oscuras



está sembrada
la otoñal alameda
con hojas secas



atardecer
una antena recorta
las nubes púrpuras



flores y plantas
en todas las terrazas
del edificio



entre las grúas
el polvo se levanta
cielo naranja





Gitanjáfora
(Cádiz, España)




la mar salada
vaivén en la arena
espuma blanca



bola de fuego
tragándosela el mar
acaba el día



cielo nublado
espejo gris es la mar
línea delgada





Graciela Chisty
(Entre Ríos, Argentina)




Apenas pasos.
En medio de la calle,
la noche plena.



Alta la noche:
por su vado secreto
migran los patos.

- Una escena preciosa, muy evocadora y original. Graciela ha sabido plasmar el recorrido apacible de unos patos a través de la noche. Enhorabuena. -- Barbarroja



Efímera luz:
en la noche de invierno,
constela el agua.



Amaina el viento:
quedos en el tejado,
veleta y gallo.



Desciende el viento,
vuelan los panaderos:
se ha ido octubre.

(Panaderos: Vilanos de los cardos, cuya semilla
que transportan semeja un pan en miniatura)




Vida de ciudad:
la noche con su día,
todo se enruida.





Gregorio
(Sevilla, España)




antes del alba
por la calle desierta
trina un gorrión

- Al que acompaña el poeta. ¡Qué susto, Gregorio!, ¡tan solo!, con luces de farol, ¿absorto, quizás? Eliminado el primer susto, ¡cuánta ternura! -- Luelir



riegan las flores,
suaves chasquidos de agua
sobre la acera

- La yuxtaposición de la fragilidad de las flores, con la aparente solidez del cemento. El agua (naturaleza activa) arroja el mensaje tímido al oído, pero estridente al corazón. -- Israel López Balan



cesa la lluvia,
telarañas repletas
de finas gotas

- Este haiku me hubiera gustado hacerlo yo, dijo lo que yo quería decir y no pude concretarlo, por eso me gustó. -- María González
- Otro destino para la misma lluvia. Imagino un diamante. -- Emilce Pinazo



bajo el naranjo
sombra blanca de pétalos,
aroma de azahar

- Me gustó mucho la imagen contrapuesta de la sombra blanca; así como también la posibilidad de leer un haiku con perfume. -- Sandra Pérez



clarea el día,
sólo queda una estrella
¡ah, y la luna!



la anciana sola
con su pasito lento
por la avenida

- Nuevamente me mueve lo descriptivo. Elocuente, faltan detalles. -- Nomfag
- Desde que lo leí me gustó, yo veo a la anciana con su pasito. El tiempo que se percibe ralentizado, tan nítido, cuando pasa por la anciana, mientras ves cómo pasa la anciana. -- Eva Comas





Guillermo Fontes
(Santa Cruz de Tenerife, España)




incertidumbre:
bajo el volcán en sombra
una violeta



tarde en silencio:
en el acantilado
el mar de nubes



la lluvia el viento
la vela consumida:
una plegaria

- De nuevo lo descriptivo. Faltan detalles. -- Nomfag



serenidad:
en la casa vacía
sólo una vela



viento de invierno:
en el volcán vacío
aún la lluvia



tras el cristal
las calles empapadas:
abrigo y sueño

- El contraste entre las calles mojadas y el interior resguardado, acompañados del sueño, expresa una escena íntima y sugerente. -- Gregorio





Guillermo Julio Gazia
(La Pampa, Argentina)




Haikus del colibrí



Hermosísimo
Estaba el colibrí
quieto en el aire



Milagro al fin
lluvia, sol, colibrí
y el arco iris.



No era temblor
libaba el colibrí
vibrando al viento.



Azul o verde
color del picaflor
y transparencias.



El colibrí
bebiendo y su tornasol
yo mirando.



El colibrí
multiplicaba el agua:
cada gota, mil.





Homero Morales
(Santa Fe, Argentina)




El gallinero,
tan inquieto y tan veloz,
me vuelve niño



Manos chiquitas,
los murmullos constantes:
¡Sigan riendo!





Ignacio Ghiglione
(Buenos Aires, Argentina)




El viento y el mar
susurran al oído
lo que te he dicho.



Él solamente
vio caer la gran lluvia
del corazón



En primavera
regresan las gaviotas.
Un nuevo sueño.





Inés Gallardo
(Buenos Aires, Argentina)




En la penumbra
un reflejo carmesí
tiñe el aire



Camino triste
el cielo agoniza
sin esperanza



Sube al muro
el fuego hecho hiedra
tiembla el viento



Pequeños soles
acarician el aire
un grillo canta



Cielo de mayo
un pájaro distante
en el ocaso



Huye la tarde
señalan el camino
hojas doradas





Inés Villán
(Baleares, España)




Bajo cielo gris
esperas primavera
árbol dormido



Campo de trigo
en olas doradas
pescan los pájaros



Sol implacable
esplendor en tus ramas
sombras danzando



Suelo dorado
se desnudan tus ramas
para un sueño



Ya amanece
demasiado silencio
¿dónde estáis?



Súbitamente
resplandor y trueno
noche asustada





Isalvahe
(Villa Clara, Cuba)




Ya las agujas
enfermas de los pinos
no nos miran





Israel López Balan
(Ciudad de México, México)




voces de niños
también de abuelos
eclipse lunar



cesa la lluvia
el silencio en el taxi
ahora es de tres



en lontananza
del pico de un cuervo
cae mi galleta



reverdece...
incluso en las grietas
del pavimento

- De nuevo la naturaleza abriéndose paso. Rodeándonos. -- Emilce Pinazo



la mosca quieta
es parte de la ofrenda
noche de muertos

- En la fiesta a los muertos (tan humana), esta mosca viva pone un punto de azar natural. Momentáneamente, el ritual lo atrapa; pero no lo anula. -- Raijo



es el otoño
de una rama vecina
cayó un limón





J. Rubén Palacios López
(Guanajuato, México)




Brilla
es de jade y oro
el lago



Cabalgan
caballos de nácar
por la playa



Amo y señor
del cenagoso lago
pasea el pato



Bésame mulata
déjame fundirme
a tus pecas blancas



Pateando botellas
como niño pobre
pasa el viento



Tejes con arte
pequeña tejedora
mortaja p'a las moscas





Jayer
(Osorno, Chile)




Dos moscas muertas,
una de poto
y la otra de cabeza.



Claro de sol.
Las pupilas del gato
desdibujándose.



No se toleran,
y cantan al unísono
dos gallos jóvenes.



Tarde en la calle.
Entre varios ladridos,
los de tu perro.



De las ovejas
la lana en los alambres
que el viento mueve.



Sólo el crujir
persiste, atrás se queda
el caracol.





Joaquín Padilla Rivero
(Santa Cruz de Tenerife, España)




Árbol de sándalo
perfumas a las hachas
que te destrozan.

- Me parece muy conseguido el contraste entre el acto destructivo del hombre y el efecto benéfico del árbol. La naturaleza se muestra generosa incluso ante el exterminio. Muy bien construido. -- Palmira





Jordi Climent Botella
(Barcelona, España)




entre la espuma
blanca un velero; como
una ola más



rota su concha
se afana en buscar casa,
cangrejo ermitaño



hasta tu sombra
tirita por el frío
¡pobre cachorro!



de entre la nieve
caída asoma tímida:
brizna de hierba



qué maravilla,
luce incluso en el asfalto
¡el arco iris!



¿por qué esas risas?
¡copos de nieve cayendo
sobre unos niños!





Jorge B. Rodríguez Quintana
(La Habana, Cuba)




un pie dormido
por su senda también
marcas de lodo



flores de cactus
la marchita y el brote
se dan aliento



mendiga al sol
la mano sana arrulla
un cachorrito

- Una mano pide mientras que la otra otorga. Dar y recibir, expresión de lo sagrado en un acto de mendicidad. Precioso este magnífico haiku urbano. Mi enhorabuena a Jorge. -- Barbarroja



la rama terca
sigue dando limones
carcoma el resto



ciclón de agosto
en su vientre él patea
y ella sonríe



el viejo solo
emerge del laúd
la voz cascada





José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)




Se traslucía
en la piel de su cara
la calavera.



Con qué ternura
la perra amamantaba
a sus cachorros.



La suave brisa
acariciaba al árbol
con regocijo.



Por una cepa
subían las hormigas
a toda prisa.



Cae la sombra
y las aguas se vuelven
algo más frías.



Genio y figura
era todo su cuerpo
cuando bailaba.





Josenín
(Asturias, España)




El tren espera.
Luz pálida de invierno.
Fría estación.



Pequeñas gotas
resbalan por las hojas
del viejo roble.



Danzan las grullas
y acogen con las alas
aire de amor.



Río de cristal.
La mirada de un pez
hacia la caña.



Nacen los peces
de los granos de arena
caídos al mar.



Oscuridad
rota en mil y un pedazos.
La luz del faro.





Juan Francisco Pizaña Moronés
(Aguascalientes, México)




Para trillar la
mies de la abundancia, el
otoño basta.


Brisa efímera
de los olores del alba,
las gardenias.





Katzu
(Lima, Perú)




La penumbra
deja colores
en la alberca



Lluvia temprana
las cerezas destellan
espejos



Pozo de agua
el aroma del jazmín
aún reposa

- El aroma del jazmín es maravilloso y único, y despierta innumerables sensaciones que parecen custodiadas en el pozo de agua, que a la vez acentúa el aroma. -- Abril



El verano
deshoja corazones
violeta



La barca azul
deja en su estela
aves blancas

- Es una belleza la imagen, y da sensación de movimiento y a la vez de que está sucediendo en el presente, en un instante. -- Abril



El anciano
abraza y abraza
la luna errante





Konstantin Dimitrov
(Sofia, Bulgaria)




cae una hoja...
también se la lleva el río
corriente abajo

- El espejo del río, siempre andando. Bellísimo instante. -- Emilce Pinazo



aguacero
ya nadie se acuerda de él
repartidor de agua



lo sé: con la mirada
no salvaré las hojas;
aún así...



un año más
pierden sus hojas...
sin haber volado



silencio
en el fondo del estanque
las hojas muertas

- De este haiku me gusta todo, todo, absolutamente todo. Me encanta. -- Eva Comas



tan fría la lluvia -
estará nevando ahora
en mi patria...





Lu Tom-Bo
(Barcelona, España)




Cae una estrella;
de asombro no enmudece
ni un solo grillo



Truena el conflicto:
la lluvia es de verano,
el viento otoñal.





Luelir
(Navarra, España)




Luz de farol.
En la orilla del río
medias de seda.



Viento de otoño y
melena de azabache.
Se fue con ella.



De madrugada
mi abuela y las gallinas,
ellas tras ella.

- Imagen inaugural, preciosa y precisa. -- Jayer



Sombra de higueras.
Mi abuelo lee
rodeado de hormigas.

- Un aire de inminencia se cierne sobre el anciano enfrascado en la lectura; una impresión que se concreta en ese mundo subterráneo que aflora voraz a la superficie. Inquieta. Desasosiega. -- Mavi



Verano y mar,
un niño juega y llora.
Olor a pis.



De dos en dos,
siempre juntos y rubios
hablan de Dios.





Luis A. Murgas Guerra
(César, Colombia)




en la orilla del río
gozad jején
de este invierno

(Jején: Pequeño mosquito que abunda en playas de América del Sur)



caracol
iglú errante
en la lenta sabana



la canoa
sus remos agitados
alas sin plumas



la hamaca
un arcoiris
bajo el cielo raso



una rama
seca, pensé
no, una mariapalito

(Mariapalito: Insecto con forma de ramita seca)



el cóndor
leve cometa
de los Andes





Luis E. Mejía Godoy
(Managua, Nicaragua)




Después de llover
en mi patio la luna
aún gotea

- La continuidad de un destino de la lluvia. Una y otra vez. -- Emilce Pinazo



Charcos de luna
en medio de la calle
espejos de agua



Poquito a poco
se apagan los luceros
amaneciendo



Me basta un grillo
y una luna de mayo
para ser niño



Por mi ventana
entra la mariposa
preñada de luz



En mis zapatos
encuentro al despertar
pasos perdidos





Manuel López Gil
(Madrid, España)




copos de lana
al pasar el rebaño
junto a las zarzas

- La presencia de los animales, tan bien expresada por el rastro de su pelaje. Haiku muy sensible y lleno de autenticidad. -- Palmira
- No parece haber violencia; sin embargo, esa lana cómo desgarra la quietud del paisaje. -- Raijo



madura o torpe
cayó del limonero
la lagartija



pegada al faro
apenas irreconocible
la mariposa



cada mañana
la araña teja espejos
con el rocío

- Muy real, los mosquitos y palomillas atraídos por la luz son los que a su vez atraen a los murciélagos con sus vibraciones. Bien conseguido. -- Maramín



busca el murciélago
la luz de la farola
aunque sea ciego





Mar Ordóñez
(Pontevedra, España)




Un halo de azul
envuelve a la luna.
¡Mañana llueve!



Un niño salta
sobre el agua estancada
bajo el paraguas.



Encuentra el río
su esperanza de vivir,
junto al piélago.



Ya no se oye
el canto de cigarras
por avenidas.



Aroma a café
caliente entre mis manos.
El sol despunta.



Tras la bodega
los árboles apenas
cargados de hojas.





Maramín
(Valencia, España)




Bajo mis pasos
la huella no perdura,
la roca, el viento.



Mosca de otoño
molesta empedernida.
¡Qué pesadez!



Las gaviotas
se asombran de sus huellas,
nieve en la playa.



Pasó el verano,
del gran bosque de hayas
sólo cenizas.



Hora de almuerzo,
sobre el montón de leña
rueda de aves.



Pasa una sombra,
un fru-frú mueve el aire
en la arboleda.





María del Carmen Guzmán
(Málaga, España)




Un perro flaco
busca en vano la sombra
de un árbol seco.

- Muy logrado por su naturaleza. Haiku urbano que habla de hambruna, calor y abandono. -- Francisco Lendoiro Serrano
- Haiku del límite: el perro al borde de la extenuación, un árbol sin atributos, una búsqueda infructuosa... Irónicamente, recuerda a la manera en que lo racional se empeña en abordar lo real. -- Mavi



Sobre el tejado
de la casa en ruinas
cantan los pájaros.



La lluvia lava
los bancos, las fachadas
y las aceras.



Paso de cebra.
Un chirriar de llantas
sobre el cemento.



Un taxi corre
por las calles vacías,
pañuelo al viento.



La higuera seca
asoma por encima
del viejo muro.


(Haikus pertenecientes al libro Haikus de la Ciudad)





María González
(Estado de México, México)




Café en taza:
aroma calor dulzor.
Sí, estoy viva.



Sobre el árbol
trinan las avecillas;
ya amanece.



Por la ventana
la fuerza de la lluvia:
música acuática.



Cielo sin luna:
sólo estrellas brillantes
titilan solas.



Grillo verde, crick,
crick, crick: el insomnio
se entretiene.





María Neble
(Sevilla, España)




Lenta la tarde
en sillita de enea
duerme la yaya

- El sopor de la tarde calurosa invita a la siesta, imagen perfecta de la abuela adormilada en su silla, probablemente en el patio entre el frescor de florecidas macetas. -- Maramín
- La autora hace una descripción poética de una tarde en calma. -- José Martel Moreno



Sopor y moscas
el caballo espera
al guiri incauto

(Guiri: Coloquialmente en España, turista extranjero)



Con botas nuevas
estrenando lluvia
en el charquito



Llega septiembre
en los lagares secos
rompe la vida



Agua fresca
con palo y latilla
a las macetas

- Es muy andaluz y muy evocador. Yo huelo este haiku. Huele a tierra mojada, a lata oxidada por el agua, a agua que rebosa de la maceta, a esencia de nerolí (es el olor de los geranios). Son los olores de un patio andaluz y se siente frescor del agua al calor de un atardecer de verano. -- Eva Comas



Dejo un suspiro
colgado en tus ojos
por si despiertas





María Rosa Perea
(Buenos Aires, Argentina)




Las hojas mustias
vuelan junto a la brisa
en primavera.



Flores de loto
silvestres y sin dueño
bordean el río.



La blanca grulla
en sembradíos agrestes
posa su pata.



Al sol escoltan
las flores amarillas
del girasol.
- Una lograda imagen del periplo solar ante los eternos ojos amarillos. -- Francisco Lendoiro Serrano



Inmóvil juega
disfrazado de nada.
Nunca es el mismo.





Mario Ibarra
(Santiago, Chile)




tus manos crean
silencio de ceniza
aroma de té



mis pasos cesan:
pétalos de ciruelo
botó la lluvia



pareces dormir
amanece allá afuera
el sol te busca



tras la oscuridad
los ojos de mi niño
asoman risa





Marta Alicia Pereyra
(Córdoba, Argentina)




¡Oh, mar azul!
Tienes fantasmas blancos
sobre tus olas.

- Siempre el mar sugiere sorpresas, algo así como "un dios durmiente entre las olas". Al blanco se le agrega un valor añadido: "fantasmas blancos" manifestando las múltiples significaciones que se desprenden del mar: presencia y símbolo de personajes ocultos pero verosímiles que florecen de su amplio y despoblado vientre. -- Katzu



La espuma blanca,
puntillas en la sábana
que se deshace.



Sobre las rocas,
encajes marineros
de sal, se rompen.



Unos pelícanos
descansan en las piedras
mirando al mar.



Una gaviota
pesca ajena al milagro
de la belleza.

- Con su haiku nos hace refexionar sobre la belleza que se esconde en los actos cotidianos de la vida, y nosotros, como la gaviota, somos ajenos a ella. Además me parece muy bello. -- María González



Los caracoles
llegan hasta la playa,
traen la música.





Marvin Martin Mora
(California, EE.UU.)




Vuela el pájaro
colgando del pasado
se queda el nido.



Abierta bruma
y la cruz se divisa
duerme la aldea.



Sobre la rosa
mariposa en arrullo
abre las alas.



Salto del grillo
espiral en el aire
doblar de ramas.



Copa del árbol
cabellera del cielo
casa del nido.



Instantánea
vieja fotografía
rostro del tiempo.





Matarán
(La Habana, Cuba)




Un barco de papel
Arrastra polvo
El agua



Tarde ruidosa
Bajo el techo
Tres que se miran





Mavi
(Murcia, España)




Las mosquiteras
capturan ahora el polvo
de la labranza



Arrope hirviendo
desgastado del roce
el cucharón

- Todo está ahí, en esos tres versos: el olor del arrope y de lo viejo, la madera desgastada, la cocina de pueblo que tengo en mi memoria. Es un haiku auténtico y atrevido por hacer de un objeto como un cucharón el centro de un poema. Mas para eso está el haiku, para dejar constancia de lo que es -sea lo que sea-, sin juzgarlo previamente. -- Nanook



Cielo de un gris
panza de burro
ropa gruesa tendida



Granizada
saltan a pedazos
las coliflores



Olor a mar
en la pared se herrumbran
antiguos útiles



El agua entrando
sumerge el arrozal
en el crepúsculo





Miguel Ángel
(Madrid, España)




Llega el verano
y en el patio empieza
a oler a viejo

- Aparentemente podría parecer una imagen intrascendente, pero el haiku en este caso captura el sentimiento del wabi, del desprendimiento. El contraste de "verano": vitalidad; y "oler a viejo": deterioro, producen un efecto de sentido poético y sensualidad por donde los sentidos de la vista y el olfato generan una sutil y misteriosa sugerencia. -- Katzu





Montemayor
(Nuevo León, México)




luna y pantano
la sombra de una roca
como un gran sapo



todos de viaje
mustios en el frutero
plátanos negros

- El tiempo que transcurre se refleja en la fruta que se estropea, que también es una parte de la naturaleza que se cuela en casa. El frutero sigue igual pero los plátanos cambian... acusando el olvido. -- Félix Alcántara Llarenas



niños de noche
en charla sobre espectros...
rechina un gozne



clan de roedores
frente al gato senil
muy a sus anchas



invernadero
qué escándalo de aromas
hay ahí adentro



en todo el cielo
arco iris de plomo
tedio de invierno





Nanook
(Sevilla, España)




penetrando
en la primera arada
claro de luna

- Es como si la luna se deleitara en el trabajo de los hombres y lo ennobleciera. En el campo arado no hay obstáculos para que la luna derrame su luz y lo impregne todo. El verbo elegido no podía ser más adecuado. -- Félix Alcántara Llarenas
- La union de lo humano y lo sagrado a través de un gesto. El gerundio del primer verso le da mucha fuerza. Para mi gusto el mejor de este año. Magistral, Nanook. -- Barbarroja



el abejorro
dejó a la margarita
tambaleándose

- La sutileza de movimiento de la margarita, a través de la interacción con otros seres vivos. El abejorro y el poeta que observa. -- Sandra Pérez
- El poeta contempla con atención cualquier hecho que se produce a su alrededor. En este caso va más allá de la primera imagen en la que la flor y el abejorro se unen en la polinización, y con su poema provoca que nuestra mirada se pose en el ligero movimiento en el que se ve sumido el tallo al emprender de nuevo el vuelo el insecto. -- Manuel López Gil



campo de encinas
no me ayuda la mosca
con este haiku



el anciano
se cambia de banco
tarde de estío

- Directo, transparente, sin concesiones. -- Jorge B. Rodríguez Quintana



el viejo huerto
de abuelo: los gatos
y los matojos



tercer repique
lutos rezagados
por callejuelas





Nomfag
(Salta, Argentina)




despertó al gato
la gota de rocío
oh primavera



hasta el cadáver
putrefacto a pleno sol
alberga vida





Okapi
(Mendoza, Argentina)




Recién pintadas
las paredes esperan
manos de niños



Banco de plaza:
harto de estar sentado
se va a paseo



Pude palpar
tus senos de magnolia
con mis prismáticos



Un sapo está
en medio del camino...
pasa un vehículo



Cinco pájaros
en un campo de golf...
Y un par de hienas



El mar, la arena,
un barco, tres pelícanos
y el viento azul





Óscar Diego Pérez
(Buenos Aires, Argentina)




brezos en flor
brilla el sol en los autos
chillan los pájaros



bella y distante
leyendo un pentagrama
te vi esta tarde



calles sin rumbo
la luna me acompaña
paso una esquina



se pone el sol
las nubes son un bosque
lejano y gris





Pablo Milea
(Río Negro, Argentina)




círculo negro
en la pared aún blanca
luna de día



noche de invierno
¡katz! naranja en la tanza
amanecer

(Tanza: Sedal de la caña de pescar)



un tamarisco
(sólo arena olvidada)
¡un tamarisco!

(Tamarisco: Arbusto de flores pequeñas, representativo
de lugares agrestes, que suele crecer en las riberas de los ríos)






Palmira
(Valencia, España)




Cielo nublado.
Las gaviotas patinan
sobre la bruma.

- Consistente en su bella inconsistencia. -- Jayer



Fríe buñuelos.
Sus rizos tan dorados
como el aceite.
- Una bella estampa de la buñolera, tan típica de los días falleros en Valencia. -- Maramín



La rama verde
se enfrenta luminosa
con el otoño.



En casa, extraños.
Hoy la puerta chirría
de otra manera.

- Conozco ese sonido tan familiar, pero es el tacto distinto el que produce un sonido distinto, el que hace que suene "de otra manera". -- Luelir



Tórtola muerta.
Entre las piedras grises
ya es otra piedra.



Veo en el lápiz
de punta carcomida
mi vieja infancia.

- La autora, al ver el lápiz con la punta carcomida, se acuerda de cuando era pequeña. Una sensación instantánea le hace evocar el tiempo pasado. -- José Martel Moreno





Playa de la Media Luna
(Sevilla, España)




Tumba de Humayu,
aroma de jazmines,
acacia y sándalo.



La flor de ayer,
al viento de tu mano
y tú soñando.



Pájaros duermen
bajo las tejas rotas.
Suelo de espejos.



Los troncos viejos
y asaetando encinas
el último sol.



Como las piedras,
desnudos como piedras,
sobre la hierba.

- Por una vez acercándonos a lo que somos, uno más en la naturaleza. A veces, sólo piedras, y no sólo cuando acariciamos nuestro cuerpo con la fresca hierba en un día de sol. -- Luelir





Rafael García Bidó
(Santo Domingo, Rep. Dominicana)




La primavera...
si viene, margaritas;
si va, tormentas.

- La contemplación activa abarcando toda una estación. -- Jayer
- Rafael es un maestro en poetizar el haiku en su justa medida. Añade a la necesaria perspicacia contemplativa su particular forma de expresar el asombro. Creo honestamente que la historia del haiku en nuestra lengua no se escribirá sin él. Estas 17 sílabas en concreto son tan ricas en matices y sugerencias que casi es más productivo no comentar nada sobre ellas y releer... -- Nanook



Sobre el mantel claveles
y papas sancochadas.
Aniversario.



Lejos y apenas
vistas alzan el vuelo
las guineas.



Caían flores
de estas matas peladas
y dije: oh.



Maletas llenas
de ropa para el viaje.
Y algunos sueños.



Beber del agua
donde se ven los pinos.
Atardecer.

- Muy japonés en su formulación, profundamente contemplativo. No es preciso hablar de lo que siente el poeta, ni siquiera de la belleza del paisaje o del frescor del agua. Este haiku lo escribe un hombre con alma de niño que, mientras bebe agua de una fuente, descubre un aspecto concreto del mundo que pasa todos los días ante nosotros. -- Nanook





Raijo
(Murcia, España)




Del calendario
hace una mariposa
que acuda al crío.



Vega adentro,
en la anchura del aire,
nubes agolpadas.



Crece el paisaje:
en los tallos de hierba,
primeras flores.



Al balanceo
de las cañas, sus hojas
suenan a frescor.



La oscuridad
apedrea, por sentir
demorarse el golpe.



Un indigente:
de sus lagrimales, ay,
sorben las moscas.

- Soberbia imagen, difícil de verla en mi ciudad porque hace frío. El indigente ya no tiene fuerza para quitárselas de encima -a las moscas-, y ellas no entienden el escenario, sencillamente encuentran agua para su sed. -- Luelir





Ricardo Fernández Moyano
(Zaragoza, España)




Aceras grises
atestadas de gente.
¡Cuánta soledad!



Contra la roca,
espuma blanca de olas.
Beso del viento.



Espejo opaco,
la rosa en el estanque
no puede mirarse.

- Gran belleza visual. -- Inés Gallardo



Paisaje blanco
de la nieve. Después
llora el invierno.



Aleteo suave,
Casi roza mi rostro
la mariposa.



Sobre la loma
un puñado de árboles.
Serenidad.





Sandra Pérez
(Buenos Aires, Argentina)




Crece la hierba
entre los surcos grises
del empedrado.



Escarabajos:
cofrecitos herméticos
sobre la arena.

- Todos hemos visto a esos brillantes escarabajos sobre la arena. En este caso el haiku se detiene ante algo aparentemente insignificante y le confiere cierto valor enigmático. -- Palmira



¡Ay... no volar!
Entre las ramas pían
su libertad.



Contempla el sauce
el pasar de unos peces
y a una ranita.



Senda peatonal
atravesando rutas:
sombra de álamos.



Un guardián blanco
durmiendo en el felpudo.
Pan por ladrido.





Santiago Larreta Irisarri
(Navarra, España)




Vuelvo del campo
y arrugas el ceño.
Se ha hecho tarde.



Oigo tus pasos
sonando en el corredor,
me hago el dormido.

- Realmente se oyen esos pasos. ¿Son los de la madre, la esposa, el hijo pequeño o quién? Sean de quien sean, son pasos que todos hemos oído alguna vez y que se siguen oyendo en este haiku. -- Félix Alcántara Llarenas



Canta la llave
empujando la puerta,
apago la luz.



Frotas tu pelo
te veo en el cristal
lleno de vaho.



Pasan las horas
inquieto no descanso.
Tu espalda helada.

- Algo debió suceder. La escena, sencillamente genial. Tiempo, movimiento, silencio y frío, todo junto. ¿Por qué hacerla durar si hay desasosiego? -- Luelir



Tras la ventana
olvidado el verano
está lloviendo.

- Haiku de conciencia dual (humana): introvertida y extrovertida. Qué importa lo que suceda afuera... y sin embargo, está lloviendo. Algo resuena en nuestro interior al llamar a nuestra propia naturaleza. -- Israel López Balan





Silvia Tajteelbaum
(Buenos Aires, Argentina)




Piel de verano
aroma de jazmines
así te recuerdo.



Las hojas caen
manto de ocres cubren
frías mañanas.



De fuerte raíz
es la flor que renace
entre la peña.





SmcArq
(Libertador, Chile)




Bandada
escaramuza
del viento



El vidrio deforme
llueve
suspiro entonces



El río
el cerro
el que mira



Ovillo
manojo
soledad



El agua
las piedras
el sonido





Sr. González
(Ciudad de México, México)




despunta el día
las mariposas salen
de su letargo



un largo viaje
en medio del camino
un girasol



bajo la lluvia
los pájaros despiertos
pero en silencio

- El ruido de la lluvia y el silencio de los pájaros. Sugiere intimidad. Los pájaros esperan a que pase la lluvia. -- Gregorio



la telaraña
se agarra con dos hilos
del otro árbol



un hombre solo
llegó al banco solo
hablando solo

- Me conmovió la soledad tan contundente en este haiku. Algo me movió por dentro; sé que es muy subjetivo pero al fin de cuentas eso es la poesía. -- María González



cuatro palomas
siguen el mismo vuelo
una es blanca





Sus
(Ciudad de México, México)




noveno piso
apenas la ramita
por la ventana



patio trasero
en la basura se oyen
gotas de lluvia



todavía llena
brilla la luna llena
sobre el semáforo



amanecer
suena contra la acera
caca de pájaro



vagón repleto
sobre el gentío asoman
los extranjeros



niños en fuga
el vaivén de columpios
bajo la lluvia





Vella
(Sevilla, España)




qué desolado
el patio del colegio
sin ningún niño



con el levante
tiembla pizpireta
la siempreviva



monte pelado
esa casa está sola
dijo la niña





Verónica
(La Habana, Cuba)




Islas de hiedra
entre las rocas
vaivén del agua



Círculos zetas
no se decide
la mariposa



Si tuviera tus alas
también flotaría
a la deriva



Declina el sol
temblor de estrellas
en el agua



Gorrión
qué enorme
la calle





Zeta
(Ciudad de México, México)




todas mojadas
las macetas vacías
con la llovizna

- Vacías, evocan aún más el olor a tierra mojada de la melancolía. -- Raijo



flores marchitas
y la brisa de otoño
sopla en las piedras



un viejo puente
en el río la luna
sigue mis pasos

- La presencia de la luna es una constante en el haiku. La luna nos sigue siempre, aun reflejada en el río. -- Gregorio



allí sentado
el perro callejero
bajo la lluvia



un par de sillas
en medio del jardín
de cara al monte



riña de pájaros
y de sombras de pájaros
en el asfalto