antes del alba
por la calle desierta
trina un gorrión
- Al que acompaña el poeta. ¡Qué susto, Gregorio!, ¡tan solo!, con luces de farol, ¿absorto, quizás? Eliminado el primer susto, ¡cuánta ternura!
-- Luelir
riegan las flores,
suaves chasquidos de agua
sobre la acera
- La yuxtaposición de la fragilidad de las flores, con la aparente solidez del cemento. El agua (naturaleza activa) arroja el mensaje tímido al oído, pero estridente al corazón.
-- Israel López Balan
cesa la lluvia,
telarañas repletas
de finas gotas
- Este haiku me hubiera gustado hacerlo yo, dijo lo que yo quería decir y no pude concretarlo, por eso me gustó.
-- María González
- Otro destino para la misma lluvia. Imagino un diamante.
-- Emilce Pinazo
bajo el naranjo
sombra blanca de pétalos,
aroma de azahar
- Me gustó mucho la imagen contrapuesta de la sombra blanca; así como también la posibilidad de leer un haiku con perfume.
-- Sandra Pérez
clarea el día,
sólo queda una estrella
¡ah, y la luna!
la anciana sola
con su pasito lento
por la avenida
- Nuevamente me mueve lo descriptivo. Elocuente, faltan detalles.
-- Nomfag
- Desde que lo leí me gustó, yo veo a la anciana con su pasito. El tiempo que se percibe ralentizado, tan nítido, cuando pasa por la anciana, mientras ves cómo pasa la anciana.
-- Eva Comas
Guillermo Fontes
(Santa Cruz de Tenerife, España)
incertidumbre:
bajo el volcán en sombra
una violeta
tarde en silencio:
en el acantilado
el mar de nubes
la lluvia el viento
la vela consumida:
una plegaria
- De nuevo lo descriptivo. Faltan detalles.
-- Nomfag
serenidad:
en la casa vacía
sólo una vela
viento de invierno:
en el volcán vacío
aún la lluvia
tras el cristal
las calles empapadas:
abrigo y sueño
- El contraste entre las calles mojadas y el interior resguardado, acompañados del sueño, expresa una escena íntima y sugerente.
-- Gregorio
Guillermo Julio Gazia
(La Pampa, Argentina)
Haikus del colibrí
Hermosísimo
Estaba el colibrí
quieto en el aire
Milagro al fin
lluvia, sol, colibrí
y el arco iris.
No era temblor
libaba el colibrí
vibrando al viento.
Azul o verde
color del picaflor
y transparencias.
El colibrí
bebiendo y su tornasol
yo mirando.
El colibrí
multiplicaba el agua:
cada gota, mil.
Homero Morales
(Santa Fe, Argentina)
El gallinero,
tan inquieto y tan veloz,
me vuelve niño
Manos chiquitas,
los murmullos constantes:
¡Sigan riendo!
Ignacio Ghiglione
(Buenos Aires, Argentina)
El viento y el mar
susurran al oído
lo que te he dicho.
Él solamente
vio caer la gran lluvia
del corazón
En primavera
regresan las gaviotas.
Un nuevo sueño.
Inés Gallardo
(Buenos Aires, Argentina)
En la penumbra
un reflejo carmesí
tiñe el aire
Camino triste
el cielo agoniza
sin esperanza
Sube al muro
el fuego hecho hiedra
tiembla el viento
Pequeños soles
acarician el aire
un grillo canta
Cielo de mayo
un pájaro distante
en el ocaso
Huye la tarde
señalan el camino
hojas doradas
Inés Villán
(Baleares, España)
Bajo cielo gris
esperas primavera
árbol dormido
Campo de trigo
en olas doradas
pescan los pájaros
Sol implacable
esplendor en tus ramas
sombras danzando
Suelo dorado
se desnudan tus ramas
para un sueño
Ya amanece
demasiado silencio
¿dónde estáis?
Súbitamente
resplandor y trueno
noche asustada
Isalvahe
(Villa Clara, Cuba)
Ya las agujas
enfermas de los pinos
no nos miran
Israel López Balan
(Ciudad de México, México)
voces de niños
también de abuelos
eclipse lunar
cesa la lluvia
el silencio en el taxi
ahora es de tres
en lontananza
del pico de un cuervo
cae mi galleta
reverdece...
incluso en las grietas
del pavimento
- De nuevo la naturaleza abriéndose paso. Rodeándonos.
-- Emilce Pinazo
la mosca quieta
es parte de la ofrenda
noche de muertos
- En la fiesta a los muertos (tan humana), esta mosca viva pone un punto de azar natural. Momentáneamente, el ritual lo atrapa; pero no lo anula.
-- Raijo
es el otoño
de una rama vecina
cayó un limón
J. Rubén Palacios López
(Guanajuato, México)
Brilla
es de jade y oro
el lago
Cabalgan
caballos de nácar
por la playa
Amo y señor
del cenagoso lago
pasea el pato
Bésame mulata
déjame fundirme
a tus pecas blancas
Pateando botellas
como niño pobre
pasa el viento
Tejes con arte
pequeña tejedora
mortaja p'a las moscas
Jayer
(Osorno, Chile)
Dos moscas muertas,
una de poto
y la otra de cabeza.
Claro de sol.
Las pupilas del gato
desdibujándose.
No se toleran,
y cantan al unísono
dos gallos jóvenes.
Tarde en la calle.
Entre varios ladridos,
los de tu perro.
De las ovejas
la lana en los alambres
que el viento mueve.
Sólo el crujir
persiste, atrás se queda
el caracol.
Joaquín Padilla Rivero
(Santa Cruz de Tenerife, España)
Árbol de sándalo
perfumas a las hachas
que te destrozan.
- Me parece muy conseguido el contraste entre el acto destructivo del hombre y el efecto benéfico del árbol. La naturaleza se muestra generosa incluso ante el exterminio. Muy bien construido.
-- Palmira
Jordi Climent Botella
(Barcelona, España)
entre la espuma
blanca un velero; como
una ola más
rota su concha
se afana en buscar casa,
cangrejo ermitaño
hasta tu sombra
tirita por el frío
¡pobre cachorro!
de entre la nieve
caída asoma tímida:
brizna de hierba
qué maravilla,
luce incluso en el asfalto
¡el arco iris!
¿por qué esas risas?
¡copos de nieve cayendo
sobre unos niños!
Jorge B. Rodríguez Quintana
(La Habana, Cuba)
un pie dormido
por su senda también
marcas de lodo
flores de cactus
la marchita y el brote
se dan aliento
mendiga al sol
la mano sana arrulla
un cachorrito
- Una mano pide mientras que la otra otorga. Dar y recibir, expresión de lo sagrado en un acto de mendicidad. Precioso este magnífico haiku urbano. Mi enhorabuena a Jorge.
-- Barbarroja
la rama terca
sigue dando limones
carcoma el resto
ciclón de agosto
en su vientre él patea
y ella sonríe
el viejo solo
emerge del laúd
la voz cascada
José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
Se traslucía
en la piel de su cara
la calavera.
Con qué ternura
la perra amamantaba
a sus cachorros.
La suave brisa
acariciaba al árbol
con regocijo.
Por una cepa
subían las hormigas
a toda prisa.
Cae la sombra
y las aguas se vuelven
algo más frías.
Genio y figura
era todo su cuerpo
cuando bailaba.
Josenín
(Asturias, España)
El tren espera.
Luz pálida de invierno.
Fría estación.
Pequeñas gotas
resbalan por las hojas
del viejo roble.
Danzan las grullas
y acogen con las alas
aire de amor.
Río de cristal.
La mirada de un pez
hacia la caña.
Nacen los peces
de los granos de arena
caídos al mar.
Oscuridad
rota en mil y un pedazos.
La luz del faro.
Juan Francisco Pizaña Moronés
(Aguascalientes, México)
Para trillar la
mies de la abundancia, el
otoño basta.
Brisa efímera
de los olores del alba,
las gardenias.
Katzu
(Lima, Perú)
La penumbra
deja colores
en la alberca
Lluvia temprana
las cerezas destellan
espejos
Pozo de agua
el aroma del jazmín
aún reposa
- El aroma del jazmín es maravilloso y único, y despierta innumerables sensaciones que parecen custodiadas en el pozo de agua, que a la vez acentúa el aroma.
-- Abril
El verano
deshoja corazones
violeta
La barca azul
deja en su estela
aves blancas
- Es una belleza la imagen, y da sensación de movimiento y a la vez de que está sucediendo en el presente, en un instante.
-- Abril
El anciano
abraza y abraza
la luna errante
Konstantin Dimitrov
(Sofia, Bulgaria)
cae una hoja...
también se la lleva el río
corriente abajo
- El espejo del río, siempre andando. Bellísimo instante.
-- Emilce Pinazo
aguacero
ya nadie se acuerda de él
repartidor de agua
lo sé: con la mirada
no salvaré las hojas;
aún así...
un año más
pierden sus hojas...
sin haber volado
silencio
en el fondo del estanque
las hojas muertas
- De este haiku me gusta todo, todo, absolutamente todo. Me encanta.
-- Eva Comas
tan fría la lluvia -
estará nevando ahora
en mi patria...
Lu Tom-Bo
(Barcelona, España)
Cae una estrella;
de asombro no enmudece
ni un solo grillo
Truena el conflicto:
la lluvia es de verano,
el viento otoñal.
Luelir
(Navarra, España)
Luz de farol.
En la orilla del río
medias de seda.
Viento de otoño y
melena de azabache.
Se fue con ella.
De madrugada
mi abuela y las gallinas,
ellas tras ella.
- Imagen inaugural, preciosa y precisa.
-- Jayer
Sombra de higueras.
Mi abuelo lee
rodeado de hormigas.
- Un aire de inminencia se cierne sobre el anciano enfrascado en la lectura; una impresión que se concreta en ese mundo subterráneo que aflora voraz a la superficie. Inquieta. Desasosiega.
-- Mavi
Verano y mar,
un niño juega y llora.
Olor a pis.
De dos en dos,
siempre juntos y rubios
hablan de Dios.
Luis A. Murgas Guerra
(César, Colombia)
en la orilla del río
gozad jején
de este invierno
(Jején: Pequeño mosquito que abunda en playas de América del Sur)
caracol
iglú errante
en la lenta sabana
la canoa
sus remos agitados
alas sin plumas
la hamaca
un arcoiris
bajo el cielo raso
una rama
seca, pensé
no, una mariapalito
(Mariapalito: Insecto con forma de ramita seca)
el cóndor
leve cometa
de los Andes
Luis E. Mejía Godoy
(Managua, Nicaragua)
Después de llover
en mi patio la luna
aún gotea
- La continuidad de un destino de la lluvia. Una y otra vez.
-- Emilce Pinazo
Charcos de luna
en medio de la calle
espejos de agua
Poquito a poco
se apagan los luceros
amaneciendo
Me basta un grillo
y una luna de mayo
para ser niño
Por mi ventana
entra la mariposa
preñada de luz
En mis zapatos
encuentro al despertar
pasos perdidos
Manuel López Gil
(Madrid, España)
copos de lana
al pasar el rebaño
junto a las zarzas
- La presencia de los animales, tan bien expresada por el rastro de su pelaje. Haiku muy sensible y lleno de autenticidad.
-- Palmira
- No parece haber violencia; sin embargo, esa lana cómo desgarra la quietud del paisaje.
-- Raijo
madura o torpe
cayó del limonero
la lagartija
pegada al faro
apenas irreconocible
la mariposa
cada mañana
la araña teja espejos
con el rocío
- Muy real, los mosquitos y palomillas atraídos por la luz son los que a su vez atraen a los murciélagos con sus vibraciones. Bien conseguido.
-- Maramín
busca el murciélago
la luz de la farola
aunque sea ciego
Mar Ordóñez
(Pontevedra, España)
Un halo de azul
envuelve a la luna.
¡Mañana llueve!
Un niño salta
sobre el agua estancada
bajo el paraguas.
Encuentra el río
su esperanza de vivir,
junto al piélago.
Ya no se oye
el canto de cigarras
por avenidas.
Aroma a café
caliente entre mis manos.
El sol despunta.
Tras la bodega
los árboles apenas
cargados de hojas.
Maramín
(Valencia, España)
Bajo mis pasos
la huella no perdura,
la roca, el viento.
Mosca de otoño
molesta empedernida.
¡Qué pesadez!
Las gaviotas
se asombran de sus huellas,
nieve en la playa.
Pasó el verano,
del gran bosque de hayas
sólo cenizas.
Hora de almuerzo,
sobre el montón de leña
rueda de aves.
Pasa una sombra,
un fru-frú mueve el aire
en la arboleda.
María del Carmen Guzmán
(Málaga, España)
Un perro flaco
busca en vano la sombra
de un árbol seco.
- Muy logrado por su naturaleza. Haiku urbano que habla de hambruna, calor y abandono.
-- Francisco Lendoiro Serrano
- Haiku del límite: el perro al borde de la extenuación, un árbol sin atributos, una búsqueda infructuosa... Irónicamente, recuerda a la manera en que lo racional se empeña en abordar lo real.
-- Mavi
Sobre el tejado
de la casa en ruinas
cantan los pájaros.
La lluvia lava
los bancos, las fachadas
y las aceras.
Paso de cebra.
Un chirriar de llantas
sobre el cemento.
Un taxi corre
por las calles vacías,
pañuelo al viento.
La higuera seca
asoma por encima
del viejo muro.
(Haikus pertenecientes al libro Haikus de la Ciudad)
María González
(Estado de México, México)
Café en taza:
aroma calor dulzor.
Sí, estoy viva.
Sobre el árbol
trinan las avecillas;
ya amanece.
Por la ventana
la fuerza de la lluvia:
música acuática.
Cielo sin luna:
sólo estrellas brillantes
titilan solas.
Grillo verde, crick,
crick, crick: el insomnio
se entretiene.
María Neble
(Sevilla, España)
Lenta la tarde
en sillita de enea
duerme la yaya
- El sopor de la tarde calurosa invita a la siesta, imagen perfecta de la abuela adormilada en su silla, probablemente en el patio entre el frescor de florecidas macetas.
-- Maramín
- La autora hace una descripción poética de una tarde en calma.
-- José Martel Moreno
Sopor y moscas
el caballo espera
al guiri incauto
(Guiri: Coloquialmente en España, turista extranjero)
Con botas nuevas
estrenando lluvia
en el charquito
Llega septiembre
en los lagares secos
rompe la vida
Agua fresca
con palo y latilla
a las macetas
- Es muy andaluz y muy evocador. Yo huelo este haiku. Huele a tierra mojada, a lata oxidada por el agua, a agua que rebosa de la maceta, a esencia de nerolí (es el olor de los geranios). Son los olores de un patio andaluz y se siente frescor del agua al calor de un atardecer de verano.
-- Eva Comas
Dejo un suspiro
colgado en tus ojos
por si despiertas
María Rosa Perea
(Buenos Aires, Argentina)
Las hojas mustias
vuelan junto a la brisa
en primavera.
Flores de loto
silvestres y sin dueño
bordean el río.
La blanca grulla
en sembradíos agrestes
posa su pata.
Al sol escoltan
las flores amarillas
del girasol.
- Una lograda imagen del periplo solar ante los eternos ojos amarillos.
-- Francisco Lendoiro Serrano
Inmóvil juega
disfrazado de nada.
Nunca es el mismo.
Mario Ibarra
(Santiago, Chile)
tus manos crean
silencio de ceniza
aroma de té
mis pasos cesan:
pétalos de ciruelo
botó la lluvia
pareces dormir
amanece allá afuera
el sol te busca
tras la oscuridad
los ojos de mi niño
asoman risa
Marta Alicia Pereyra
(Córdoba, Argentina)
¡Oh, mar azul!
Tienes fantasmas blancos
sobre tus olas.
- Siempre el mar sugiere sorpresas, algo así como "un dios durmiente entre las olas". Al blanco se le agrega un valor añadido: "fantasmas blancos" manifestando las múltiples significaciones que se desprenden del mar: presencia y símbolo de personajes ocultos pero verosímiles que florecen de su amplio y despoblado vientre.
-- Katzu
La espuma blanca,
puntillas en la sábana
que se deshace.
Sobre las rocas,
encajes marineros
de sal, se rompen.
Unos pelícanos
descansan en las piedras
mirando al mar.
Una gaviota
pesca ajena al milagro
de la belleza.
- Con su haiku nos hace refexionar sobre la belleza que se esconde en los actos cotidianos de la vida, y nosotros, como la gaviota, somos ajenos a ella. Además me parece muy bello.
-- María González
Los caracoles
llegan hasta la playa,
traen la música.
Marvin Martin Mora
(California, EE.UU.)
Vuela el pájaro
colgando del pasado
se queda el nido.
Abierta bruma
y la cruz se divisa
duerme la aldea.
Sobre la rosa
mariposa en arrullo
abre las alas.
Salto del grillo
espiral en el aire
doblar de ramas.
Copa del árbol
cabellera del cielo
casa del nido.
Instantánea
vieja fotografía
rostro del tiempo.
Matarán
(La Habana, Cuba)
Un barco de papel
Arrastra polvo
El agua
Tarde ruidosa
Bajo el techo
Tres que se miran
Mavi
(Murcia, España)
Las mosquiteras
capturan ahora el polvo
de la labranza
Arrope hirviendo
desgastado del roce
el cucharón
- Todo está ahí, en esos tres versos: el olor del arrope y de lo viejo, la madera desgastada, la cocina de pueblo que tengo en mi memoria. Es un haiku auténtico y atrevido por hacer de un objeto como un cucharón el centro de un poema. Mas para eso está el haiku, para dejar constancia de lo que es -sea lo que sea-, sin juzgarlo previamente.
-- Nanook
Cielo de un gris
panza de burro
ropa gruesa tendida
Granizada
saltan a pedazos
las coliflores
Olor a mar
en la pared se herrumbran
antiguos útiles
El agua entrando
sumerge el arrozal
en el crepúsculo
Miguel Ángel
(Madrid, España)
Llega el verano
y en el patio empieza
a oler a viejo
- Aparentemente podría parecer una imagen intrascendente, pero el haiku en este caso captura el sentimiento del wabi, del desprendimiento. El contraste de "verano": vitalidad; y "oler a viejo": deterioro, producen un efecto de sentido poético y sensualidad por donde los sentidos de la vista y el olfato generan una sutil y misteriosa sugerencia.
-- Katzu
Montemayor
(Nuevo León, México)
luna y pantano
la sombra de una roca
como un gran sapo
todos de viaje
mustios en el frutero
plátanos negros
- El tiempo que transcurre se refleja en la fruta que se estropea, que también es una parte de la naturaleza que se cuela en casa. El frutero sigue igual pero los plátanos cambian... acusando el olvido.
-- Félix Alcántara Llarenas
niños de noche
en charla sobre espectros...
rechina un gozne
clan de roedores
frente al gato senil
muy a sus anchas
invernadero
qué escándalo de aromas
hay ahí adentro
en todo el cielo
arco iris de plomo
tedio de invierno
Nanook
(Sevilla, España)
penetrando
en la primera arada
claro de luna
- Es como si la luna se deleitara en el trabajo de los hombres y lo ennobleciera. En el campo arado no hay obstáculos para que la luna derrame su luz y lo impregne todo. El verbo elegido no podía ser más adecuado.
-- Félix Alcántara Llarenas
- La union de lo humano y lo sagrado a través de un gesto. El gerundio del primer verso le da mucha fuerza. Para mi gusto el mejor de este año. Magistral, Nanook.
-- Barbarroja
el abejorro
dejó a la margarita
tambaleándose
- La sutileza de movimiento de la margarita, a través de la interacción con otros seres vivos. El abejorro y el poeta que observa.
-- Sandra Pérez
- El poeta contempla con atención cualquier hecho que se produce a su alrededor. En este caso va más allá de la primera imagen en la que la flor y el abejorro se unen en la polinización, y con su poema provoca que nuestra mirada se pose en el ligero movimiento en el que se ve sumido el tallo al emprender de nuevo el vuelo el insecto.
-- Manuel López Gil
campo de encinas
no me ayuda la mosca
con este haiku
el anciano
se cambia de banco
tarde de estío
- Directo, transparente, sin concesiones.
-- Jorge B. Rodríguez Quintana
el viejo huerto
de abuelo: los gatos
y los matojos
tercer repique
lutos rezagados
por callejuelas
Nomfag
(Salta, Argentina)
despertó al gato
la gota de rocío
oh primavera
hasta el cadáver
putrefacto a pleno sol
alberga vida
Okapi
(Mendoza, Argentina)
Recién pintadas
las paredes esperan
manos de niños
Banco de plaza:
harto de estar sentado
se va a paseo
Pude palpar
tus senos de magnolia
con mis prismáticos
Un sapo está
en medio del camino...
pasa un vehículo
Cinco pájaros
en un campo de golf...
Y un par de hienas
El mar, la arena,
un barco, tres pelícanos
y el viento azul
Óscar Diego Pérez
(Buenos Aires, Argentina)
brezos en flor
brilla el sol en los autos
chillan los pájaros
bella y distante
leyendo un pentagrama
te vi esta tarde
calles sin rumbo
la luna me acompaña
paso una esquina
se pone el sol
las nubes son un bosque
lejano y gris
Pablo Milea
(Río Negro, Argentina)
círculo negro
en la pared aún blanca
luna de día
noche de invierno
¡katz! naranja en la tanza
amanecer
(Tanza: Sedal de la caña de pescar)
un tamarisco
(sólo arena olvidada)
¡un tamarisco!
(Tamarisco: Arbusto de flores pequeñas, representativo
de lugares agrestes, que suele crecer en las riberas de los ríos)
Palmira
(Valencia, España)
Cielo nublado.
Las gaviotas patinan
sobre la bruma.
- Consistente en su bella inconsistencia.
-- Jayer
Fríe buñuelos.
Sus rizos tan dorados
como el aceite.
- Una bella estampa de la buñolera, tan típica de los días falleros en Valencia.
-- Maramín
La rama verde
se enfrenta luminosa
con el otoño.
En casa, extraños.
Hoy la puerta chirría
de otra manera.
- Conozco ese sonido tan familiar, pero es el tacto distinto el que produce un sonido distinto, el que hace que suene "de otra manera".
-- Luelir
Tórtola muerta.
Entre las piedras grises
ya es otra piedra.
Veo en el lápiz
de punta carcomida
mi vieja infancia.
- La autora, al ver el lápiz con la punta carcomida, se acuerda de cuando era pequeña. Una sensación instantánea le hace evocar el tiempo pasado.
-- José Martel Moreno
Playa de la Media Luna
(Sevilla, España)
Tumba de Humayu,
aroma de jazmines,
acacia y sándalo.
La flor de ayer,
al viento de tu mano
y tú soñando.
Pájaros duermen
bajo las tejas rotas.
Suelo de espejos.
Los troncos viejos
y asaetando encinas
el último sol.
Como las piedras,
desnudos como piedras,
sobre la hierba.
- Por una vez acercándonos a lo que somos, uno más en la naturaleza. A veces, sólo piedras, y no sólo cuando acariciamos nuestro cuerpo con la fresca hierba en un día de sol.
-- Luelir
Rafael García Bidó
(Santo Domingo, Rep. Dominicana)
La primavera...
si viene, margaritas;
si va, tormentas.
- La contemplación activa abarcando toda una estación.
-- Jayer
- Rafael es un maestro en poetizar el haiku en su justa medida. Añade a la necesaria perspicacia contemplativa su particular forma de expresar el asombro. Creo honestamente que la historia del haiku en nuestra lengua no se escribirá sin él. Estas 17 sílabas en concreto son tan ricas en matices y sugerencias que casi es más productivo no comentar nada sobre ellas y releer...
-- Nanook
Sobre el mantel claveles
y papas sancochadas.
Aniversario.
Lejos y apenas
vistas alzan el vuelo
las guineas.
Caían flores
de estas matas peladas
y dije: oh.
Maletas llenas
de ropa para el viaje.
Y algunos sueños.
Beber del agua
donde se ven los pinos.
Atardecer.
- Muy japonés en su formulación, profundamente contemplativo. No es preciso hablar de lo que siente el poeta, ni siquiera de la belleza del paisaje o del frescor del agua. Este haiku lo escribe un hombre con alma de niño que, mientras bebe agua de una fuente, descubre un aspecto concreto del mundo que pasa todos los días ante nosotros.
-- Nanook
Raijo
(Murcia, España)
Del calendario
hace una mariposa
que acuda al crío.
Vega adentro,
en la anchura del aire,
nubes agolpadas.
Crece el paisaje:
en los tallos de hierba,
primeras flores.
Al balanceo
de las cañas, sus hojas
suenan a frescor.
La oscuridad
apedrea, por sentir
demorarse el golpe.
Un indigente:
de sus lagrimales, ay,
sorben las moscas.
- Soberbia imagen, difícil de verla en mi ciudad porque hace frío. El indigente ya no tiene fuerza para quitárselas de encima -a las moscas-, y ellas no entienden el escenario, sencillamente encuentran agua para su sed.
-- Luelir
Ricardo Fernández Moyano
(Zaragoza, España)
Aceras grises
atestadas de gente.
¡Cuánta soledad!
Contra la roca,
espuma blanca de olas.
Beso del viento.
Espejo opaco,
la rosa en el estanque
no puede mirarse.
- Gran belleza visual.
-- Inés Gallardo
Paisaje blanco
de la nieve. Después
llora el invierno.
Aleteo suave,
Casi roza mi rostro
la mariposa.
Sobre la loma
un puñado de árboles.
Serenidad.
Sandra Pérez
(Buenos Aires, Argentina)
Crece la hierba
entre los surcos grises
del empedrado.
Escarabajos:
cofrecitos herméticos
sobre la arena.
- Todos hemos visto a esos brillantes escarabajos sobre la arena. En este caso el haiku se detiene ante algo aparentemente insignificante y le confiere cierto valor enigmático.
-- Palmira
¡Ay... no volar!
Entre las ramas pían
su libertad.
Contempla el sauce
el pasar de unos peces
y a una ranita.
Senda peatonal
atravesando rutas:
sombra de álamos.
Un guardián blanco
durmiendo en el felpudo.
Pan por ladrido.
Santiago Larreta Irisarri
(Navarra, España)
Vuelvo del campo
y arrugas el ceño.
Se ha hecho tarde.
Oigo tus pasos
sonando en el corredor,
me hago el dormido.
- Realmente se oyen esos pasos. ¿Son los de la madre, la esposa, el hijo pequeño o quién? Sean de quien sean, son pasos que todos hemos oído alguna vez y que se siguen oyendo en este haiku.
-- Félix Alcántara Llarenas
Canta la llave
empujando la puerta,
apago la luz.
Frotas tu pelo
te veo en el cristal
lleno de vaho.
Pasan las horas
inquieto no descanso.
Tu espalda helada.
- Algo debió suceder. La escena, sencillamente genial. Tiempo, movimiento, silencio y frío, todo junto. ¿Por qué hacerla durar si hay desasosiego?
-- Luelir
Tras la ventana
olvidado el verano
está lloviendo.
- Haiku de conciencia dual (humana): introvertida y extrovertida. Qué importa lo que suceda afuera... y sin embargo, está lloviendo. Algo resuena en nuestro interior al llamar a nuestra propia naturaleza.
-- Israel López Balan
Silvia Tajteelbaum
(Buenos Aires, Argentina)
Piel de verano
aroma de jazmines
así te recuerdo.
Las hojas caen
manto de ocres cubren
frías mañanas.
De fuerte raíz
es la flor que renace
entre la peña.
SmcArq
(Libertador, Chile)
Bandada
escaramuza
del viento
El vidrio deforme
llueve
suspiro entonces
El río
el cerro
el que mira
Ovillo
manojo
soledad
El agua
las piedras
el sonido
Sr. González
(Ciudad de México, México)
despunta el día
las mariposas salen
de su letargo
un largo viaje
en medio del camino
un girasol
bajo la lluvia
los pájaros despiertos
pero en silencio
- El ruido de la lluvia y el silencio de los pájaros. Sugiere intimidad. Los pájaros esperan a que pase la lluvia.
-- Gregorio
la telaraña
se agarra con dos hilos
del otro árbol
un hombre solo
llegó al banco solo
hablando solo
- Me conmovió la soledad tan contundente en este haiku. Algo me movió por dentro; sé que es muy subjetivo pero al fin de cuentas eso es la poesía.
-- María González
cuatro palomas
siguen el mismo vuelo
una es blanca
Sus
(Ciudad de México, México)
noveno piso
apenas la ramita
por la ventana
patio trasero
en la basura se oyen
gotas de lluvia
todavía llena
brilla la luna llena
sobre el semáforo
amanecer
suena contra la acera
caca de pájaro
vagón repleto
sobre el gentío asoman
los extranjeros
niños en fuga
el vaivén de columpios
bajo la lluvia
Vella
(Sevilla, España)
qué desolado
el patio del colegio
sin ningún niño
con el levante
tiembla pizpireta
la siempreviva
monte pelado
esa casa está sola
dijo la niña
Verónica
(La Habana, Cuba)
Islas de hiedra
entre las rocas
vaivén del agua
Círculos zetas
no se decide
la mariposa
Si tuviera tus alas
también flotaría
a la deriva
Declina el sol
temblor de estrellas
en el agua
Gorrión
qué enorme
la calle
Zeta
(Ciudad de México, México)
todas mojadas
las macetas vacías
con la llovizna
- Vacías, evocan aún más el olor a tierra mojada de la melancolía.
-- Raijo
flores marchitas
y la brisa de otoño
sopla en las piedras
un viejo puente
en el río la luna
sigue mis pasos
- La presencia de la luna es una constante en el haiku. La luna nos sigue siempre, aun reflejada en el río.
-- Gregorio
allí sentado
el perro callejero
bajo la lluvia
un par de sillas
en medio del jardín
de cara al monte
riña de pájaros
y de sombras de pájaros
en el asfalto