Aves e insectos,
todo el jardín es vuestro
de madrugada.
- La misma unión con lo más pequeño: los insectos, en el caso de Frutos
Soriano. Él les da la sangre, Palmira su jardín.
-- Ángel Aguilar Bañón
¿Cómo la luna
en el cielo minúsculo
del vaso de agua?
- La constante renovación de nuestra capacidad de asombro... mirar con
inocencia expande horizontes.
-- Israel López Balan
De aquella jaula
aún queda en la pared
el clavo inútil.
- Delicado y melancólico, al ver el clavo no puede evitarse el recuerdo
asociado.
-- Maramín
- Pasado, presente y futuro, en uno solo: ahora.
-- Zeta
- Por la inutilidad presente de un clavo, solo, a una pared clavado...
pero que tuvo pasado...
-- Ailasored
- Siempre tuve canarios en casa y sé de la tristeza de la jaula vacía
y mucho más del clavo en la pared. Un recuerdo que me trae el trino del
canario cada vez que me veía para echarle de comer.
-- Manuel López Gil
Barriendo flores
ni los coches asustan
al barrendero.
- ¿Hay algo más frágil que unas flores marchitas? Sí, un hombre barriéndolas
entre feroces coches que pasan a su lado. Un haiku soberbio que nos habla de
la fragilidad de la vida, pero también de la fortaleza de quien sabe aceptar
este destino sin miedo.
-- Santiago Elso Torralba
Dura un instante
la agonía del bicho.
Para él ¿cuánto?
- Me gusta cómo describes de manera tan sencilla algo tan complejo como la
subjetividad del tiempo.
-- Mariu Quiroga
- Compasión. Casi prosaico y, por ello, conmueve aún más la pregunta final.
-- Jorge B. Rodríguez Quintana
- Aquí se hace hincapié en la importancia de atender a los dos puntos de
vista de un hecho: el del que lo ve y el del que lo siente.
-- Fernando Vázquez Vázquez
Pequeñas huellas.
El olor del rebaño
aún en el aire.
- Palmira siempre atenta a lo mínimo, con los sentidos abiertos (la infancia recuperada).
-- Frutos Soriano
- Un haiku muy visual: se ve lo que está y lo que no está.
-- Eva Comas
- Una sensación visual y otra olfativa delatan el paso de los animales. No está
la presencia física, pero aún así el sentimiento no es de pérdida, sino de ganancia.
-- Rafael García Bidó
Rafael García Bidó
(Santo Domingo, Rep. Dominicana)
Lago Enriquillo,
a mirarse en tus aguas
vienen estrellas.
- Este haiku expresa una visión narcisista de las estrellas ante el maravilloso
espejo que proporciona la naturaleza.
-- Menecmo
La llovizna...
Agua que casi cae
y casi suena.
- Muy logrado y bien construido: te hace sentir la llovizna.
-- Alberto Panizo
- Un haiku bello y profundo. Describe un enorme sentimiento de lo que casi
es... y casi no es. Casi Rafael... Casi Shakespeare.
-- Milton Hernández
- Casi flota este haiku.
-- Zeta
- Haiku imposible, como una construcción de Escher. Interpretamos que esta
llovizna es apenas visible y audible, cuando en absoluto se dice que pueda
verse u oírse. Su vaga existencia se soporta en un acto de fe del lector
(algo ocurre, alguien lo presencia), en el anhelo de realidad.
-- Mavi
- La bella indefinición de lo que no se ve pero va a ser, de lo que aún no se
escucha.
-- César Bianchi
Qué decirle
al ruiseñor que canta
cuando calla.
- Qué decir cuando un maestro habla así del ruiseñor callado, de la soledad
del poeta. Callar, como aquél. Leer de nuevo.
-- Nanook
No hay brisa ni luna.
Lago y firmamento
son lo mismo.
Sombra de almendros,
caobas y laureles.
La vieja escuela.
Atención hormigas,
está pasando el viento
del otoño.
Raijo
(Murcia, España)
Lejos de sí
llega el agua del río:
qué quebrantada.
Ermita de huerta:
su tejado a dos aguas
apunta al cielo.
Bajo la lluvia
cava a golpes el huerto
tapando grietas.
Se adentra el riego,
por delante del agua
brincan insectos.
Regando, se oye
burbujear el suelo
al hacerse barro.
Ay, la canícula,
y el largo escorredor
aún tan seco.
(escorredor: canal de avenamiento)
Ricardo Fernández Moyano
(Zaragoza, España)
La rosaleda
florece: ya casi
es primavera.
Manantial.
De la roca brota agua
y serenidad.
Sobre la loma
un puñado de árboles.
Serenidad.
Aleteo suave,
pasa rozándome
la libélula.
Pavo real,
abanico de gala.
Aparición.
Los flamencos
regresan a la charca.
Fuego en el agua.
- Inefable impacto visual.
-- Emilce Pinazo
- Me ha gustado en especial esa imagen colorista de los flamencos.
-- Mar
Roberto J. Bulacio
(Buenos Aires, Argentina)
Es tan sencillo
su espíritu vive
en las montañas.
Tu voz de vida
acaricia lunas
en esta noche.
Sus ojos negros
encandilan mi alma
eternamente.
Rubenix
(Valencia, España)
Enredada, ¡ay!
con la rama del rosal
la leve pluma.
- Sugerente, captado en el momento preciso.
-- Maramín
- De una ternura y suavidad extraordinarios.
-- Blanca Bengaray
Santiago Elso Torralba
(Navarra, España)
Ramas de un sauce
que el río al pasar mece
¡qué hermoso haiku!
Tras la tormenta
se ha quedado la lluvia
presa en el patio.
Cruzan veloces
los caballos de otoño
entre sus flores.
Se posan suaves
leves copos, mis labios,
sobre su nieve.
¡Miles de estrellas!
Al alba sólo vuelve
el pescador.
- Un haiku para contemplar.
-- Mar
Gira en sus ojos
la hojarasca del sueño.
¡Chissst! Duerme un niño.
Santiago Larreta
(Navarra, España)
La sierpe silba.
Su sinuosa seda
surca la arena.
Lenta, pesada,
montada en las nubes
pasa la tarde.
- Profundo y poderoso. Nos hace inclinarnos en reverencia ante la majestad del universo.
-- Milton Hernández
La rama rota,
caída con sus hojas.
Proyecto muerto.
- La juventud que se desvía del camino recto, perece.
-- María Sánchez Ortiz
Paseo solo,
¿hacia dónde camino?
Voy. Vengo. No sé.
¡Qué tontería!
Hasta el agua tiene sed
este verano.
Asoma, verde,
al final de la cuesta,
el mar de montes.
- Por la imagen clara de la sequía en verano.
-- Ailasored
Sucri
(Buenos Aires, Argentina)
Suena la murga
sobre el río atardecido
noche, no llegues
Regalo de vida
los pájaros se aman
cerquita mío
Hoy
mi vida entera
reposa bajo el aromo
El sol hace una parte
su tibieza templa
mis razones
Sobre la selva
el río copula
tonos plateados
Sylvia Simonet
(Salto, Uruguay)
Desde lo alto,
lucero, con tu brillo
callando llamas.
Con hoz de plata
quiere segar estrellas
la luna nueva.
- Su trabajo es cósmico, centelleante, rutilante, chispeante. Existe aquí un abecedario
celeste, aliado con el propio haiku. Esa hoz de plata yo también la he visto cosechar
estrellas. Aplausos desde Cartago Valle, Colombia.
-- Fernando López Rodríguez
- ¿Será esa la cosecha de la luna cuando, con su luz, opaca a las estrellas?
-- Blanca Bengaray
Luces fugaces:
titilan en la noche
las luciérnagas.
Noche sin luna.
las sombras juegan
a cuál es más negra.
- En esta imagen no existe el contrapunto de la luz, sino que la oscuridad
se enfrenta a sí misma. El juego de las sombras es un juego siniestro que
sugiere el estado de ánimo del observador muy gráficamente.
-- Palmira
En mi recuerdo
viven tú y tu amor.
En mi recuerdo.
- El ser humano vive, también, de recuerdos. Los de la infancia y los de
los primeros amores suelen ser los que más perduran. La repetición del
primer verso para cerrar el haiku parece darle otra connotación:
la de ser el más importante de los recuerdos.
-- Menecmo
Blancos jazmines.
Estrellas perfumadas
de mi jardín.
Thelma Sandler
(Nuevo León, México)
la buganvilla
agreste en mi mente
y en su color
ardientes rosas
matizadas de guindas
maraña de flor
lío en mi alma
arrullando el viento
de fresco ardor
día nublado
el corazón llorando
con los espectros
Verónica Wiedrich
(Buenos Aires, Argentina)
Alba, sorprendes
al poeta dormido
sobre el poema.
- Este haiku expresa, simplemente, que nada se consigue sin el trabajo.
El poeta, después del esfuerzo que hace para logra un poema, cae rendido
por el sueño al llegar el alba.
-- Menecmo
Un libro abierto:
laberinto de sueños
que se desatan.
- Se ve a las palabras escapar del libro.
-- Luelir
¿Oyes, marino
que en alta mar navegas,
a las sirenas?
El hombre parte
vuela su capa al viento
llora la dama.
Yuriko Takano
(Lima, Perú)
un batallón
de hormigas conquistó
una galleta
- Podríamos ser nosotros mismos en visperas de navidad comprando regalos.
-- Israel López Balan
- Moscas y hormigas son universales, aparecen multitudinariamente. Tan pronto
como hay algo comestible.
-- Maramín
la rosa dejó
con su último pétalo
los colores
- Color, aroma, fugacidad sugieren delicadamente un haiku evocativo y sutil
elaborado por la sensibilidad del poeta. Nombrar lo que se fue, es volver al
principio de la flor y quedarnos suspendidos por la imagen que permanece como
el delicado aliento que nos dejó su ausencia.
-- Katzu
¿por qué los hombres
se enamoran? preguntan
las margaritas
el viento recoge
hojas que el árbol
olvida
- Un tema tratado hasta la saciedad con un enfoque tal vez no nuevo pero sí
impecable. La humanización de elementos naturales resta prosaísmo a la escena
y la falta de adjetivos precisamente la concreta.
-- Félix Alcántara Llarenas
confundido:
cuervo solitario
entre las sombras
- Me gusta este haiku por ser sombrío y por la tristeza que me provoca.
Veo en él dos lecturas, desde un punto de vista externo como contemplación
de la escena: el cuervo se confunde con las sombras; y desde el punto de vista
del cuervo: el cuervo se siente confundido con las sombras porque su parecido
con ellas le anima a buscar en éstas compañía...
-- Mariu Quiroga
destellan luciérnagas
blanca de envidia,
la luna
Zeta
(Ciudad de México, México)
en cada rama
brillan gotas de lluvia
no cae ninguna
entre nubes
de silencio
se diluye un avión
sigue lloviendo
el teléfono suena
nadie contesta
- Y es verdad. Nunca lo había pensado, pese a haberlo sentido tantas veces.
Cuando uno escucha la lluvia, siempre hay un teléfono que suena a lo lejos
y nadie lo coge. Es un extraño contraste oir el monótono susurro de la lluvia
y la ansiosa insistencia del teléfono con un mensaje que a nadie le importa.
¡Brillante!
-- Santiago Elso Torralba
a la distancia
un destello de avión
ruido en el cielo
otra vez el sol
y no para de llover
bajo el pino
y las nubes
el viento y los pájaros
¡y otro avión!