El Tablón 2002 - Segundo Semestre
- Resultados del semestre -
1. Votación popular
2. Opiniones de los expertos invitados:

José María Bermejo

Ricardo de la Fuente

Vicente Haya

Fernando Rodríguez-Izquierdo

Osvaldo Svanascini


3. Interpretación visual:

Liliana Ortiz





Votación popular

(entre todos los autores participantes)


Total de votos emitidos: 37



Haikus individuales



1
9.5 puntos


Nanook
(Sevilla, España)

¿también tú
diminuto ciempiés
perdiste el camino?



2
9 puntos


David Collazos
(Lima, Perú)

Un hombre va
por la neblina, es sombra.
Luego es neblina.



3
8.5 puntos


Frutos Soriano
(Albacete, España)

la mariposa
busca en vano una flor
sobre la acera



Nanook
(Sevilla, España)

crecen hierbajos
por donde nadie pisa
y a veces flores





Autores



1
25 puntos


Nanook
(Sevilla, España)



2
10 puntos


Manuel López Gil
(Madrid, España)



Anathroon
(Tabasco, México)



3
7 puntos


Mavi
(Murcia, España)



Eldo
(Huesca, España)





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Selección y comentarios de

José María Bermejo


Haikus individuales



1


Locritsba
(Mendoza, Argentina)

Ya nada importa...
sólo tus pies desnudos
sobre los míos


Este haiku llega directamente al corazón, sugiriendo, en un gesto tan cálido y sutil como el roce de los pies, el afecto profundo entre dos personas que se aman, pase lo que pase. Junto a la idea de ternura y de plena confianza, se insinúa también la idea de perdón, de reencuentro. La expresión es perfecta: directa y sencilla, sin adorno.


2


Guillermo Fontes
(Santa Cruz de Tenerife, España)

Sobre la arena
cuatro huellas de pies.
Dos son de niño.


Destacan en este haiku la sutileza de la observación y su capacidad de sugerir, de nombrar, al mismo tiempo, lo que está y lo que no está, o, mejor dicho, lo que está acompañado: el niño y su madre -o tal vez su padre- y la idea de una presencia por ausencia, expresada a través de las huellas.


3


Nabel
(Vizcaya, España)

La mariposa
sobre mi hombro descansa,
qué privilegio


Este haiku, tocado por el aura de Issa, subraya la dignidad inocente de las pequeñas criaturas y la emoción que provoca en un ser humano sensible, que contrasta con la crueldad o la indiferencia habituales. El último verso -"qué privilegio"- subraya magistralmente esa inversión liberadora y sugiere, al mismo tiempo, la confianza de la mariposa, que parece percibir en el hombro sobre el que descansa la perfecta armonía entre todas las criaturas.



Autores



1


Frutos Soriano
(Albacete, España)


Es indudable, en este poeta, la influencia directa de Issa, tanto en la temática -centrada en las pequeñas criaturas o en la observación de la belleza en un contexto humilde o cotidiano-, como en la expresión sencilla y en la idea de comunión y de asombro.


2


Mavi
(Murcia, España)


La selección presentada destaca por su calidad media y por la variedad de registros, que van de la observación directa a la reflexión simbólica.


3


Nanook
(Sevilla, España)


Los poemas presentados por este autor reflejan los rasgos esenciales del verdadero haiku que señalaba Shiki: naturalidad, concisión, perspectiva, observación directa...



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Selección y comentarios de

Ricardo de la Fuente



Como es sabido, la cortedad, la esencialidad del haiku hace que muchos poemas puedan caer en la repetición y la banalidad. Es una poesía aparentemente fácil y que todo el mundo puede practicar, pero lo verdaderamente complicado es rasgar el velo de Maya y llegar a ese punto oscuro e inasible que es el hallazgo poético. En los haikus que en esta ocasión se presentan hay muchos buenos y la elección se hace difícil; pero, claro está, estoy obligado a realizarla y esto implica mi "gusto" y también una cierta deformación del lector tecnificado, y, lo que es peor, justificar esa elección. Los haikus y autores que selecciono en esta ocasión:



Haikus individuales



1


Maramín
(Valencia, España)

Crece la hiedra,
traza sus arabescos
sujeta al aire.


Este haiku se sustenta en dos imágenes que tienen su apoyo en una visión contrapuesta al movimiento natural.


2


Verónica Wiedrich
(Buenos Aires, Argentina)

El beso irrumpe
los cuerpos se entrelazan
¡feliz, el alba!


Hermosa albada, con final epifonemático. Un hallazgo.


3


Sylvia Simonet
(Salto, Uruguay)

Sol de la tarde,
caracol que se arrastra
rumbo al ocaso.


De nuevo una imagen que es capaz de transportarnos a un momento del día, produciéndonos la sensación de lentitud conectada al "caracol".



Autores



1


Mar
(Zaragoza, España)


La autora escribe haikus estacionales, salvo el último, que conecta magníficamente el ritmo de la naturaleza con el propio de la mujer ("se va la luna / espero su vuelta / veintiocho días").


2


Carlos Elio Blasco
(Neuquén, Argentina)


Los dos poemas que presenta son espléndidos: "pálida luna / suave brisa y perfume / tu piel anoche", este poema lo selecciono por su finura, por la ausencia de verbos, por su conexión entre recuerdo, instante y naturaleza. Y el otro donde la contemplación del rostro femenino se une a un libro de poemas: "miro tu rostro / un libro de poemas / entre mis manos".


3


Verónica Wiedrich
(Buenos Aires, Argentina)


De esta autora ya comenté un poema que puede servir de ejemplo de ese hallazgo de la instantaneidad que siempre debe ser el haiku: un chispazo.



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Selección y comentarios de

Vicente Haya


Haikus individuales



1


Félix Arce Araiz
(Soria, España)

Está en el aire
lluvia sobre la tierra
ese olor...


Magistral un haiku que a duras penas está explicado, tan sólo balbuceado, como en la buena poesía mística, con cambios bruscos de sujeto -al modo de los haijin japoneses-. Ha conseguido, además, hacer una unidad con elementos separados como aire-lluvia-tierra-olor. La fuerza del haiku está en ese comenzar con un verbo cuyo sujeto tiene que ir uno buscando y en que, cuando el lector cree haberlo encontrado, sólo tiene lluvia entre las manos. Es el haiku de alguien que busca lo que le ha hechizado, pero ese algo que nos embriaga es en realidad toda la escena en la que se encuentra y esa escena se abre al infinito con los puntos suspensivos.



2


Guillermo Fontes
(Santa Cruz de Tenerife, España)

Sobre la arena
cuatro huellas de pies.
Dos son de niño.


Es un haiku muy duro, poco del gusto occidental pero del aprecio de los entendidos japoneses de haiku. A veces los occidentales imaginamos el haiku como un dulzor del corazón. En Japón, un haiku es una precisión sobre lo imposible de precisar. Recuerdo uno de Bashô que hablaba de los centímetros de vapor de agua que emanaba la tierra en pleno verano. El haiku que comentamos es, por eso, de una gran ternura para mí; viene a ser como si se nos dijera: "Ya sé que lo que digo no es bello, pero esto es lo que ví: cuatro huellas, dos de las cuales eran más pequeñas". La comparación entre las cosas es también consustancial a un haiku auténticamente japonés: lo grande junto a lo pequeño está mostrándonos que existe algo más impresionante que la belleza, y esto más impresionante es cualquiera de las componentes básicas de las cosas, en este caso, las dimensiones.


3 (Ex-aequo)


Frutos Soriano
(Albacete, España)

Sabe a lápiz
el agua de la fuente
¡mi infancia!



Méliès
(Sevilla, España)

Abro vainas de
guisantes con mi abuela.
Un gusano blanco.


Incapaz de decidir entre ninguno de los dos y dejar el otro fuera, toda vez que ambos capturan esencias de infancia, me decido a ponerlos juntos. Ambos son de una gran ternura, sin ser blandos, el uno porque una agua con sabor a lápiz no es "algo bonito", el otro por la aparición de un gusano en la comida. Pero gracias a ese gusano y a esa agua volvemos a ser niños. El recuerdo de un sabor, de un gesto, nos lleva a la infancia, en la que bebíamos en fuentes porque pasábamos el día jugando en la calle y a veces ayudábamos a abrir las habichuelas a nuestra abuela que ya no está con nosostros. (Ignoro si el segundo de ellos es un haiku actual o un recuerdo, pero este haiku ya es mío por derecho de apropiación libre de la belleza que circula y yo sí ayudaba de niño a mi abuela -ya muerta- a pelar habichuelas).



Autores



1


José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)


Excepcional el haiku en el que el poeta se asombra del "ritmo desigual con que cae la lluvia sobre la tierra". Aún leído y releído, me sigue encogiendo el estómago: un hombre que quiere dejar constancia de que el sonido con que cae la lluvia no sigue una pauta matemática. En realidad, estamos hablando de lo que es la vida: imprevisible, caótica, esquiva a nuestro orden mental. El resto de los poemas es muy correcto, sin apenas ningún error en el entendimiento de qué es un verdadero haiku.


2


María Cristina Parada
(Buenos Aires, Argentina)


La poetisa se ha decantado por un tipo de haiku al que yo denomino "haiku para ser pensado", que es frontera con algo que ya no es haiku, sino exposición de pensamiento al estilo oriental. Sin embargo, aun empleando este tipo -legítimo aunque arriesgado- de haiku, esta mujer tiene más asombro en sus palabras que en realidad ninguno de los otros participantes del certamen. Sus palabras apenas tienen hálito, están suspendidas en el aire del misterio. Ahora debe seguir adelante y pasar de contarnos algo sobre el asombro a decirlo.


3


Eldo
(Huesca, España)


Es éste un poeta "muy japonés". Sus haikus tienen resonancias clásicas: el quinto recuerda al "perro ladrando a las hojas" de Chiyo, y el del cuervo al célebre de Bashô. Tiene la sencillez y la profundidad del haiku, quizá a mi juicio le falta el "pellizco", como se dice en el flamenco, el "ay" que duele para ponerse a escribir. Pero es elegante y tiene esa "melancólica hermosura" de la poesía clásica japonesa.



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Selección y comentarios de

Fernando Rodríguez-Izquierdo


Haikus individuales



1


José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)

Una paloma,
bregando con la lluvia,
se vino al suelo.


Creo que acierta en la diana del haiku: observación de lo que es singular en la naturaleza, como tal. Los tiempos verbales -ese gerundio continuo, roto de pronto por un pasado simple perfectivo- son muy elocuentes.


2


Manuel López Gil
(Madrid, España)

"Oscuridad"

Oscuridad.
La llama de una vela
rompe el silencio.


El primer verso establece una condición de permanencia, afín a la eternidad; y en ella irrumpen los dos versos siguientes, en calidad de componente instantáneo, temporal; con una audaz sinestesia (auditiva, más que visual) que se presenta como una sorpresiva ruptura de sistema.


3


Maramín
(Valencia, España)

Crece la hiedra,
traza sus arabescos
sujeta al aire.


A través de este haiku se vislumbra la intención artística de la hiedra: trazar arabescos, escribir cosas. Es destacable la ambigüedad del último verso: la hiedra (está) sujeta al aire (a falta de otro punto de apoyo); o bien: la hiedra (está) sujeta(ndo activamente) al aire (en su altura). Resulta una disemia muy sugeridora.



Autores

(sin orden de preferencia)



Margarita García Zenteno
(Estado de México, México)


Me gusta especialmente el haiku "Está la luna / viéndose en el espejo / de la laguna", pues presenta un bonito paralelo de cuanto ocurre en el cielo con su reflejo en nuestro suelo. El hacer a la luna protagonista de la acción presta subjetividad y protagonismo a la naturaleza. El resto de sus poemas refleja también observación natural minuciosa, y juega hábilmente con los contrastes.



José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)


Todos sus poemitas transpiran sensibilidad de haiku. Yo valoraría especialmente en este autor su captación de lo instantáneo.



Palmira
(Valencia, España)


Es de alabar en esta autora el toque de humanidad que pone en sus poemas, como no estableciendo distinción entre lo humano y lo natural, dentro de la mejor tradición del haiku japonés.



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Selección y comentarios de

Osvaldo Svanascini


Haikus individuales



1


Alejandro González
(Cáceres, España)

Llueve.
En la fotografía
algo se mueve.


Posee un alto grado de sugerencia, cierta atmósfera de rescate, de acontecimiento improbable pero sorpresivo: característica de un buen haiku.



2


César Bianchi
(Buenos Aires, Argentina)

gaviota lejos
el mar sueña contigo
se acorta el cielo


Tal vez la definición de un tiempo que parece pintado como una sugestiva premonición, a la manera de una inferencia.


3


Xosé Lois Ferreiro
(Madrid, España)

Un ciempiés
sobre el cristal:
ejército de silencio.


Lo quebradizo de las actitudes y, paralelamente, cierta transitoriedad del ejercicio cotidiano: un cierto desasosiego augural.



Autores



1


Fernando López Rodríguez
(Valle del Cauca, Colombia)


Los seis haiku son muy parejos en su forma y contenido. Particularmente ese inesperado grado de resolución que aparece por ejemplo en: "El silencio vive / en las pisadas / del gato."


2


Guido Riggio Pou
(Santiago, Rep. Dominicana)


Los cinco haiku contienen el testimonio de una observación en general placentera, que culmina en los poemas: "La flor de loto. / En su sueño de aguas / habitan los dioses.", o: "La luna llena, / en su sueño de sol / llega al bosque."


3


Manuel López Gil
(Madrid, España)


Salvo los títulos -que no agregan demasiado- estos haiku poseen un grado de ternura muy señalado. De entre ellos el primero ("Oscuridad. / La llama de una vela / rompe el silencio.") contiene la verdadera esencia del haiku.



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Interpretación haiga a cargo de

Liliana Ortiz


Disponible en la sección Publicaciones