VII. Cabezas
Para cuando este artículo se publique, el mundial de fútbol ya habrá terminado. Habrá un campeón y la mirada estará puesta en el próximo campeonato dentro de cuatro años, es decir, dentro de nuestra imaginación.
Faltan poco más de tres meses para que el evento comience, y ya tengo mis pronósticos sobre cuál de los equipos podría resultar triunfador. Incluso, sobre cuáles podrían ser sorpresa. Aún así confieso que lo qué más me fascina es saber que todas las cosas acabarán resultando de manera totalmente distinta a cómo podría imaginarlas. Ese es mi juego y, en ese sentido, todas estas letras son como una cápsula viajando a través del tiempo que esperaré a volver a leer con curiosidad para saber cuáles fueron los verdaderos resultados.
Hace un instante salí a comprar algunas cosas para comer y me topé con la sorpresa de que las jacarandas ya están en flor. No puedo creer que la primavera esté cerca. ¿Dónde tuve la cabeza todo este tiempo?
clase de pintura
apenas blanco y azul
para un cuadro de invierno
El mundial pasado tuve un sueño que cambió totalmente mi forma de ver ese deporte. En el sueño aparecía un juego en donde ninguno de los jugadores tenía cabeza. Si, así como lo leen: ninguno de los jugadores tenía cabeza. Eso sí, todos corrían por la cancha como si en el fondo todos tuviesen puesta la cabeza en el balón. Apenas se movía el balón a la izquierda, y todos corrían hacia la izquierda. A la derecha, y todos a la derecha. El balón se comportaba como un imán que atraía los cuerpos. O más bien, como una sola cabeza con varios cuerpos.
viento del norte -
los futbolistas corren
hacia el sur
Cuando desperté, inmediatamente supe que algo dentro de mí había cambiado, y ahora que el mundial de fútbol está cerca, no dejo de pensar que cualquier juego, por simple que sea, siempre tendrá un desenlace imaginado que sólo el tiempo devela. Pues, a fin de cuentas, el juego siempre lo hacemos nosotros y no el balón con el que se juega.
estadio de fútbol -
¿algunos son niños
o es que están lejos?
Israel López Balan