Haiku nº 12. Procedente del trabajo de campo de Lafcadio Hearn
蛍火や草におさまる夜明方
hotarubi ya
kusa ni osamaru
yoakegata
  La noche cede al alba...
Las luces de las luciérnagas
descansan en la hierba
La luz sólo tiene sentido durante la noche. De día, la criatura no tiene luz. Si cede la noche, desaparece la oportunidad de manifestar nuestra luz. Y, ahora, descansamos del esfuerzo de la luz que hemos emitido durante la noche. Sukaresama deshita ("¡Qué gran esfuerzo el que habéis hecho!"), nos dice el alba. Y es la hierba la que nos acoge, la que nos calma, la que nos restaura, la que nos permite ser reyes minúsculos de nuestro espacio de descanso conquistado, la que nos paga nuestro merecido sueldo de luciérnagas (1).
Vicente Haya

(1) Nota del traductor: Osamaru, debido a la ausencia de kanji del original, permite todas estas interpretaciones.