XXI. Entresijos de la traducción. Versio latina
¿Cuál es el proceso seguido en la traducción de un haiku? No me cabe duda de que "cada maestrillo tiene su librillo", y por esto habría que formular la pregunta a cada uno de los traductores que se ocupan de esta forma poética.
Yo puedo decir que tengo experiencia de traducir haiku japonés a un pretendido "haiku español", procurando conseguir incluso el ritmo silábico 5/7/5. Creo que habré traducido entre dos mil y tres mil poemitas. También, en menor escala, he practicado la llamada "traducción inversa" –del español al japonés-, poniendo mis propios versos en la lengua de Yamato, siempre con la ayuda y el visto bueno de un profesor o profesora de japonés.
Una tercera experiencia -muy divertida y gratificante- la he emprendido hace poco, a petición de mi amigo y haijin español Jesús Montero Marchena. Jesús es autor del libro En las orillas del haiku, poemario ilustrado con sus propios cuadros, muy imaginativos y coloristas; ya que también es pintor. Fue alumno mío de haiku, y está entusiasmado con tal arte literario. Me ha propuesto traducir algunos de nuestros haiku al latín, pues "esto, al parecer, nunca se ha hecho", dice.
Yo recuerdo que en Japón se encuentra mi viejo amigo de juventud Juan Vicente Catret, quien en cierta ocasión tradujo al latín en un libro suyo el celebérrimo haiku de la rana saltarina compuesto por Bashoo:
Vetus stagnum;
rana de ripa salit
ac silent aquae.
Pensé, pues: si Juan Vicente ha podido hacer esto tan singular, supongo que yo también podré. Y en esas estamos.
Voy a explicar un poco cómo he latinizado el siguiente haiku de Jesús Montero, que muy especialmente me agrada:
Cesó la lluvia.
Caracoles y hormigas
forman hileras.
Veo ahí la observación de Buson junto a la ternura franciscana de Issa. Pero vamos ya a la tarea. Lo primero es indagar en el léxico para ver posibilidades de elección. Consulto dos buenos diccionarios: el de Raimundo de Miguel, y el de Blánquez.
"Cesó" es casi latín; no hay problema. "Lluvia" se presta a dos alternativas: "imber" y "pluvia". Me quedo con el primer término, como más original y sugerente. "Imber cessavit" puede ser una buena manera de empezar.
"Caracol" ofrece dos posibilidaes: "limax" y "cochlea". Elijo la segunda, acordándome de la traducción latina de Alicia en el país de las maravillas ("Paulo citius incede, sic alburnus cochlae": Anda un poco más deprisa, dijo la merluza al caracol). "Hormiga" está cantado: "formica". Es bonito coordinar en la sintaxis estos dos nombres de animales mediante la correlación "tum... tum", menos trillada que una conjunción copulativa al uso.
"Forman hieras" no se puede traducir a la letra conservando su inteligibilidad. Hay que darle un giro. Pienso en las filas que forman los soldados haciendo la instrucción militar, o por razones estratégicas (línea de avance, línea de batalla...). "Hilera" se nos da en Blánquez como "linea / series / ordo"; el tercero de estos términos aparece además en un sintagma tan significativo como "militum ordo" (línea de soldados). De paso aprendo algo tan bello como que "hilera de árboles" se dice "arborum versus", como si fuera una línea poética o verso que trazaran los árboles. Por otra parte, cuando los soldados marchan en filas cerradas se dice "agmine quadrato incedere", con Salustio. Es bonito, pero ahora no me sirve.
"Marchar", que está muy en la semántica de nuestro haiku, aunque no en su léxico, puede ser "ingredi / proficisci / vadere / gradi / incedere / ambulare / ire / pergere / progredi / iter facere". Por razones de concisión y expresividad me quedo con "pergere".
Raimundo de Miguel me ofrece la frase exacta. De aquellos que van en fila se dice que van "ex ordine". Y "ordo" a su vez lo he encontrado como traducción de "hilera" y también de "fila". Es la mejor opción.
Traduzco, pues, así:
Imber cessavit.
Tum cochleae tum formicae
pergunt ex ordine.
¿Aceptable? Creo que sí. ¿Mejorable? Posiblemente. Estoy abierto a propuestas alternativas. Pero, como dice el refrán español, "Quien no se embarca no se marea". Y el refrán inglés: "The taste of the pie is in the eating". Y el refrán latino: "Per aspera ad astra". No se puede degustar un disfrute igual al de latinizar un haiku, mientras no se aventure uno a empujar la barquilla mar adentro, rema que rema, la vista puesta en el horizonte cuajado de estrellas. "Duc in altum", que suena maravilloso.
Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala
Universidad de Sevilla