Hace una temporada fui invitado por mi cuñada, profesora en el colegio El Buen Pastor de Murcia, a hacer un pequeño taller de haikus con los niños de 5º y 6º de Primaria, y hacia allí me dirigí con un cierto sentimiento de duda que se disipó en cuanto comenzó la actividad.
Fue un rato delicioso. Estaba de pie sobre un pequeño escenario, rodeado de niños y niñas de 10 y 11 años, ansiosos de escuchar y comprender, como gorriones en una enramada. Todos con su bloc, su bolígrafo y la mirada puesta en mí, que les hablaba de haikús, haikus o jaikus, que, bien pensado, lo mismo da.
Primero se hizo presente entre ellos el maestro Basho, el padre de todos los haikus, y aquella siesta en la que vio una rana que saltó al agua e hizo ¡plof! Luego la lectura de otros varios poemas, de todos los estilos y procedencias. Algunos han sido escritos por niños como ellos, bajo el impacto del 11M. Otros hablan de amaneceres, de flores, de insectos y hasta de un pimiento que se convirtió en libélula. Y los gorriones, atentos a cada palabra.
Por último, ¡a crear! A elegir las palabras para componer tres sencillos versos de 5-7-5 sílabas, teniendo como fondo en la mente una musiquilla rítmica que suena:
Ta-ri-ro-ri-ro,
ta-ri-ro-ri-ro-ri-ro,
ta-ri-ro-ri-ro (y algunas veces ta-ri-ro-rá)
El rato fue de los que se recuerdan y estos son algunos de los resultados, escogidos entre los cientos de haikús que fueron surgiendo por arte de magia y a ritmo de sonsonete. Las profesoras Rosa Medina y Mercedes M. Mondéjar impulsaron durante los días siguientes esta actividad en sus aulas.
Ignacio García García - Julio, 2008



Lidia Muelas Avalos

Mis blancas flores
y su precioso olor
me gustan mucho.


Pablo López Díaz

Majestuosa
es el águila real,
más que la grulla.


Raúl Roca Crespo

Entierro de la
sardina: dan juguetes
y hay empujones.


Laura Alcaraz Muñoz

Las nubes vuelan
por el gran cielo oscuro
con las estrellas.


Adrián Pinar Benavente

En casa estoy;
con mi madre a mi lado
hago mis haikus.


Iñaki García Carreño

La luz alumbra;
la sombra se refleja;
la risa cae.


Vicente Muela Moya

Las zapatillas
de mi abuelo están
bastante viejas.


Alberto Castillo Sand.

Mates y Lengua
son dos asignaturas
de mi colegio.


Elena Rivera Gallego

Semana Santa:
caramelos de fresa;
¿y la sardina?


Belén Torrecillas Díaz

El agua turbia
y unas grandes olas;
¡barco, no salgas!


María Azorín Ruiz

En el otoño,
las hojas se marchitan
suavemente.


Alej. Montalbán-Anta R.

¡Qué frío! Yo me
pongo el chaquetón y
caliente voy.


Ana Ludeña Martínez

Todos componen.
Basho es su maestro.
¿Aún no lo sabes?


Ana Mª Leal Orenes

Los limoneros,
tan altos como nunca,
verdes están.


Fernando Imbernón S.

Madrid: las flores
reviven por el llanto
de aquellos trenes.


Juan Vte. Robles Leal

Vivir sin armas,
sin envidia ni odio.
¡Viva la paz!


Ainoa Madrona Botella

En un paisaje
otoñal hay un árbol
lleno de flores.


Fco. Aparicio Carmona

Familia alegre:
buscamos los momentos
para reunirnos.


Sergio Ruiz Luján

Las hojas caen
en este bello otoño
que se aproxima.


Miguel Ruiz Ochoa

¡Qué calor hace!
¡No lo soporto más!
¡Me voy a casa!


María Egea Ramírez

No me lo digas
porque no escucharé;
no te conozco.