XXIII. Canasto de peces
Traigo en un canasto de peces un libro escrito por el mar.
Sílabas tendidas a lo largo de la orilla, mientras la luz desuella con precisa pulcritud las escamas ocultas en las peñas: un olor extraño a santuario quebrado entre huellas de arena, como si fuera el misterio golpeando continuamente la mente de un sol tímido alumbrando el pensamiento de una piedra agonizante.
Traigo en un canasto de peces un libro escrito por el mar, un oleaje oculto en mis entrañas.
Sobre el camino
los canastos desparraman
gotas de luz
Alfonso Cisneros Cox