VIII. Vaivén de ciudad
Mientras el sismo movía la cama en círculos sentí una paz que no había tenido antes. En vez de reaccionar queriendo escapar de la posible catástrofe, con toda claridad y serenidad permanecí acostado y acepté lo que venía, cómo venía...
sismo de madrugada -
el vaivén de la cama
no es de la cama
Antes decía que le tenía miedo a los temblores, pero cómo podía temer a la vida misma. A la vida de la tierra. Después comprendí que mi temor no era hacia los sismos, sino hacia el dolor de morir aplastado.
la noche del temblor
había un borracho
hablando en la esquina
Ahora es un poco distinto. Si comparo la fuerza de un terremoto contra mi diminuta presencia, prácticamente no tengo nada que hacer. Así que dejo a la vida misma mi devenir.
calle llena de humanos -
los ojos de un perro
cerrados de sueño
Claro, haré lo posible por cuidarme. Pero eso no quita que sea consciente de la enormidad de una situación así.
sismo en la oscuridad -
tan claro
el sonido de los muros
Al otro día todos los noticiarios hablaron sobre el fenómeno: 6.3°R con epicentro en las costas de Guerrero, México, alrededor de las 12:45 AM y 21 réplicas, la mayor de 5.4°R a las 5:45 AM. Afortunadamente con saldo blanco.
un nuevo sismo -
entre segundo y segundo
la eternidad
Israel López Balan